La Fundación Toro de Lidia ha solicitado este jueves al Ayuntamiento de Olot, ciudad declarada antitaurina, organizar una corrida de toros. Victorino Martín, presidente de la entidad que defiende y promociona el sector taurino, ha entregado la solicitud que podría devolver los toros a Cataluña, comunidad que prohibió las corridas en 2010, cuando ya tan sólo quedaban en Barcelona.
En la solicitud, redactada en catalán, se tiene en cuenta “la tradición y el apoyo popular que la fiesta de los toros tiene en el municipio”, por lo que se solicita “un permiso para organizar un espectáculo taurino mixto” en el que “Abel Robles”, novillero local, “tendrá un papel relevante”.
La iniciativa ha sido impulsada por la peña taurina de la Garrotxa, presidida por el aficionado Pepe Amores, la Federación de Entidades Taurinas de Cataluña, presidida por el periodista Paco March, la Escola Taurina de Catalunya y la Associació de Criadors de Brau de les Terres de l’Ebre, todas asesoradas por la Fundación. Estos colectivos proponen “tres posibles fechas” para que el consistorio elija la que considere “idónea”: 1 de mayo, 20 de octubre y 11 de septiembre.
La FTL considera a la tauromaquia “un elemento característico de la cultura catalana y universal”, y su objetivo es "despolitizarla". Para la FTL “la cultura popular es una parte configuradora de nuestra esencia como personas y colectivos. Los ciudadanos que quieran deben disfrutar de ella”.
El Ayuntamiento de Olot cuenta con una mayoría separatista. Está gobernado por Josep Mª Corominas i Barnadas, del PdeCAT, y hay con cuatro concejales de Esquerra y tres de la Cup, además de tres del PSC y un edil de Olot En Común.
Tres sentencias clave
La Fundación ha iniciado los trámites para recuperar el toreo en Cataluña con el viento de cola de las últimas sentencias que dan la razón al sector taurino frente la “arbitrariedad” de algunos políticos. La última, redactada por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, condenó al Ayuntamiento de Villena, que se había negado a autorizar la celebración de una corrida, obligándole a pagar las costas procesales.
Así, el TSJCV entendió que un Ayuntamiento no tiene potestad para negar la organización de un festejo taurino porque “la prohibición es competencia estatal”. “Se evidencia que los motivos por los que se deniega la organización de la corrida de toros son contrarios a derecho, [...] basándose en opiniones subjetivas [...] y ponen de manifiesto la arbitrariedad de la resolución recurrida”.
Otra sentencia clave para entender el movimiento realizado por las asociaciones civiles catalanas junto a la Fundación Toro de Lidia en Olot es la del Tribunal Constitucional que anuló por mayoría la ley balear de toros, que prohibía la intervención de picadores, las banderillas, estancia en chiqueros o la muerte del toro.
El TC considera a las corridas de toros una institución que forma parte de la cultura española y del patrimonio cultural común protegido por la Constitución, cuya defensa está encomendada al Estado en el artículo 149. Para el alto tribunal, la ley balear “desnaturaliza” esa manifestación cultural hasta hacerla irreconocible.
En 2016, el Tribunal Constitucional ya se pronunció sobre la prohibición del Parlament que dejó a Cataluña sin corridas de toros. La mayoría de los magistrados estimaron que la Generalitat había “menoscabado” la competencia estatal para “preservar el patrimonio común”.
Según la sentencia, la norma “menoscaba las competencias estatales en materia de cultura, en cuanto que afecta a una manifestación común e impide en Cataluña el ejercicio de la competencia estatal dirigida a conservar esa tradición cultural".
Fuentes de la Fundación, consultadas por este diario, entienden que esta jurisprudencia es clave para devolver los toros a Cataluña. Ahora, si reciben una respuesta negativa por parte del Ayuntamiento de Olot podrán litigar no sólo por la vía contencioso administrativa sino también por la penal.
"Amplio respaldo civil en Olot"
La localidad de Olot ha sido la elegida para iniciar la resurrección de la industria en esta región por su plaza de toros, que es de titularidad pública y de construcción fija, por la presencia del novillero Abel Robles y “el amplio respaldo civil que existe”. El aspirante Robles debutó “en 2010” y desde entonces “ha participado en varios festejos de España y Francia como embajador de su municipio”. En su debut en Las Ventas dio una vuelta al ruedo. Sufrió un ictus en septiembre del que ya se ha recuperado.
Además, Olot cuenta con una larga tradición taurina. Su coso es el más antiguo de Cataluña, construido en 1859, aunque la primera lucha documentada en Olot entre el hombre y el toro data del siglo XVII. Con Ulldecona, constituye la primera referencia de fiestas con toros en la región. Esta tradición, dice la FTL, “ha ido configurando parte de la esencia y el carácter cultural de la ciudad”.
En el año 2000 el Ayuntamiento declaró a la localidad antitaurina. Los aficionados consiguieron que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña les diera la razón y en 2003 volvieron las corridas a Olot, tras una moción presentada por un concejal del PP. Hubo empate en un tumultuoso pleno, deshecho por el voto de calidad del alcalde socialista de entonces, Lluis Sacrest. En 2005 se celebró el último festejo.