Era uno de los clientes habituales del bar, pero no uno cualquiera porque supuestamente utilizaba este negocio hostelero como base de operaciones para 'gramear'. De esta forma se suele denominar en la jerga policial a los que se dedican al menudeo de cocaína, como era el caso de este vecino de Alcantarilla, de unos 50 años, y que ha sido detenido por tal motivo por la Policía Nacional. La cantidad de droga intervenida no pasará a la historia de este Cuerpo, pero sí la trascendencia del arresto porque el bar desde el que operaba este presunto camello está cerca del instituto Alcántara.
Los agentes ya conocían al sospechoso porque hace cosa de un año ya había sido detenido en un operativo que incluyó varios registros y numerosas detenciones, por la supuesta gestión de plantaciones de marihuana tipo indoor en pisos y naves industriales, según explican fuentes policiales a EL ESPAÑOL. "A sus espaldas tiene cinco detenciones, una de ellas por tráfico de estupefacientes".
El dueño de este bar de la localidad murciana de Alcantarilla no tenía ni idea de que era un supuesto camello este cliente que acudía pertrechado de unas muletas, para ayudarse a caminar, pero la conducta del hostelero ha sido un ejemplo de colaboración ciudadana con la Policía Nacional.
Los investigadores se plantaron por sorpresa en el establecimiento y ahí estaba el sospechoso, tomando algo tranquilamente, como cualquier otro cliente, sin perder de vista una riñonera donde llevaba todas sus supuestas 'herramientas' de trabajo: una báscula para pesar la cocaína y gramear, vendiendo presuntamente dosis de medio gramo y un gramo a sus clientes. "Llegado el momento del cacheo, se encuentra la sustancia estupefaciente en el interior de la riñonera que se encuentra junto a su consumición", tal y como detallan fuentes policiales.
La Policía Nacional ni corta ni perezosa le cogió 'prestada' la báscula para pesar la cocaína. "Se procedió in situ al pesado de la presunta sustancia estupefaciente, con la propia tanita que portaba el detenido, arrojando un peso de 5,67 gramos", según detallan fuentes policiales. También le intervinieron 70,74 gramos de hachís y 300 euros en metálico.
Para ponerle el lazo al arresto, los agentes le pidieron al dueño del bar la grabación de las cámaras de seguridad, con el objetivo de que el detenido no pudiese alegar que esa riñonera no era suya y el hostelero colaboró entregándole las imágenes. Los agentes cantaron bingo al visionarlas porque aparecía el cliente sospechoso entrando al bar con la famosa riñonera: "Se observa en su mano izquierda un bolso pequeño, tipo bandolera, de color oscuro, donde una vez cacheado se puede comprobar que guardaba la sustancia estupefaciente y los útiles para el narcotráfico".
Las citadas fuentes policiales confirman que el arresto se produjo el viernes y el detenido fue puesto a disposición judicial por un delito contra la salud pública. El valor de la cocaína y del hachís intervenidos asciende a 820 euros, no pasará a la hemeroteca policial, pero sí la importancia de una intervención que ha sacado de circulación a un supuesto camello que operaba al lado del instituto Alcántara al que a diario acuden cientos de menores de edad a cursar sus estudios de Educación Secundaria Obligatoria.