Dicen que el deporte es salud. Sin embargo, también hay veces que juega malas pasadas cuando no se toman las precauciones necesarias. En ocasiones, ni siquiera hace falta realizar una actividad de riesgo para que la mala suerte haga acto de presencia. Esto es lo que le ha sucedido en un gimnasio de la ciudad de Washington.
Lo que iba a ser un día normal de entrenamiento para Delrie Rosario ha terminado suponiendo una tragedia fatal. Esta mujer de 36 años era madre de cuatro hijos, pero su última sesión de cardio terminó de la peor manera posible. Un accidente que le ha terminado costando la vida y que ha provocado de todos los que presenciaron la terrible escena del accidente.
El medio de comunicación Kiro7 ha sido el encargado de informar de lo sucedido y de aportar los pocos datos que se conocen de esta impactante tragedia. Delrie Rosario se encontraba realizando ejercicio junto a su hermana cuando tuvo un tropiezo, cayó y se golpeó de manera brutal en la cabeza.
Tragedia en un gimnasio de Washington
Delrie Rosario y Marissa Woods eran una pareja de hermanas conocidas por ser grandes amantes del deporte. Cada mañana se reunían para realizar alguna actividad juntas. Sin embargo, ha sido precisamente en estas circunstancias, durante una mañana de gimnasio, cuando encontraron su mayor desgracia.
Las dos hermanas se encontraban realizando una serie de carrera en la cinta de correr, una junto a la otra, cuando Delrie sufrió un inoportuno tropiezo. La mujer de 36 años y madre de cuatro hijos cayó mientras estaba encima de la cinta, golpeándose de manera brutal con la zona delantera de la misma.
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La propia Marissa Woods ha contado a los medios estadounidenses cómo se produjo el lamentable suceso, el cual ella pudo ver en primer plano: "Intentó frenar la máquina. Pensé que quizá se había saltado un paso. Se desplomó y se golpeó la cabeza con la máquina". Una imagen que no podrá olvidar jamás y que la acompañará siempre.
La hermana de la fallecida ha contado además que la muerte podría haberse evitado de haber sido mejor la atención recibida por los operarios del gimnasio. La joven comenzó a encontrarse mal y a sentir una especie de mareo. De repente, perdió el conocimiento. Fue en ese momento en el que se golpeó de manera muy dura contra la cinta de correr en la cabeza. Ante esta situación, Marissa fue a pedir ayuda rápidamente.
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Sin embargo, ninguno de los miembros del gimnasio sabían cómo hacer la RCP, por lo que tuvieron que ser otros clientes los que intervinieran. No obstante, esta ayuda llegó probablemente demasiado tarde, ya que la gravedad de la situación fue extrema desde el primer momento. Finalmente, el fallecimiento de Delrie Rosario se conoció unas horas más tarde, después de haber sido trasladada al hospital, donde no se pudo hacer nada por su vida. Nunca llegó a recuperarse de aquella pérdida de conocimiento.
Marissa Woods definía así a su hermana: "Una madre ante todo. Todo lo que hacía era siempre por los niños. Trabajaba muy duro por ellos". Una de las circunstancias que mejor definía a Delrie Rosario era su generosidad, una cuestión que se ha demostrado con su último acto. Ella era donante de órganos, y tras su muerte, ha podido ayudar hasta a cinco personas diferentes.
Imagen de archivo de una mujer corriendo en la cinta
Gracias a las donaciones de su familia tras el fallecimiento de la mujer de 36 años, cinco personas han conseguido salvar su vida: "¿Cómo de grande puede ser tu corazón para seguir salvando vidas? Pienso que alguien anda por ahí... con su gran corazón. Ni siquiera saben qué corazón están a punto de recibir".
La emoción de Marissa Woods y la complejidad de este caso ha llegado hasta todos los puntos del país. Además, la trágica historia de Delrie Rosario también ha servido para que las autoridades alerten sobre los accidentes graves que se producen en los gimnasios, especialmente en las cintas de correr por imprudencias de los usuarios.
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Según la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo, más de 400.000 personas al año reciben tratamiento por lesiones relacionadas con accidentes de este tipo de máquinas deportivas. En el caso de la cuenta de fallecidos, las cifras alcanzan incluso las 30 personas al año en las épocas más adversas. Las cintas son mucho más peligrosas de lo que parecen.