Pedro es un nombre masculino de raíces latinas, que significa 'resistente como una piedra'. Actualmente, 221.987 hombres en España reciben este nombre y celebran su santo gracias a San Pedro Crisólogo.
Pedro, llamado Crisólogo fue un sacerdote italiano, arzobispo de Rávena (entre los años 433-450), santo, Padre de la Iglesia y proclamado Doctor de la Iglesia por el papa Benedicto XIII en 1729. Nació en la ciudad de Imola, en la Emilia, en una fecha que no se conoce exactamente, entre 380 y 406. Su padre había sido obispo de su ciudad y, tras su muerte, fue bautizado y educado por el nuevo obispo, Cornelio de Imola. Su educación termina cuando se ordena como diácono hacia el 430.
Su vida cambió en 433 cuando murió Juan, el metropolitano (arzobispo) de Rávena, y el pueblo y el clero de la ciudad imperial (Rávena era la residencia del emperador de Occidente, Valentiniano III y de su madre, Gala Placidia), pidieron a Cornelio de Imola que encabezara una delegación ante el papa Sixto III para que este confirmara al candidato elegido, según el Liber pontificalis ecclessi ravennatis, del historiador eclesiástico Agnellus (siglo IX).
La noche anterior a la llegada de Pedro y Cornelio a Roma el Papa había soñado que los santos Pedro y Apolinar (primeros obispos de Roma y Rávena, respectivamente) le pedían que no confirmara al obispo electo. Sixto III nombró entonces al joven acompañante de Cornelio como nuevo arzobispo, lo ordenó y consagró.
El origen de esta leyenda hay que buscarlo en las relaciones personales del joven Pedro -estimado por Valentiniano III, confidente de Gala Placidia y amigo del futuro papa León I Magno- y de la precaria situación de la diócesis de Rávena, que necesitaba un pastor capaz y de confianza para poner freno a las disputas doctrinales, a la superstición y las malas costumbres.
Se le atribuyen cerca de 700 sermones, algunos de ellos de autenticidad discutible, aunque en los dos últimos siglos se han descubierto otros inéditos o perdidos. La mayor parte tienen contenido apologético y moral; esta cuestión es curiosa, ya que el santo vivió inmerso en las querellas cristológicas, y sólo algunos de sus textos tratan el tema de la Encarnación del Verbo, en los que presenta la postura ortodoxa y refuta las diversas herejías de la época: el arrianismo, el nestorianismo y el monofisismo.
Este y otros santos son celebrados durante el 29 de julio:
San Abdón de Roma
San José Yuan Gengyin
Santa Godeleva de Ghistelles
Santa Julita de Cesarea
San Leopoldo de Castelnuovo
San Senén de Roma
San Urso de Auxerre
Santa María de Jesús Sacramentado
Beata María Vicenta de Santa Dorotea
Beato Manes Guzmán
Beato Sergio Cid Pazo
Beatos Braulio María Corres y catorce compañeros