Asturias es tierra de pintorescos pueblos, de exuberante naturaleza y de impresionante gastronomía, pero también puede ser el punto de partida perfecto para hacer una especie de viaje en el tiempo con el que sumergirnos en el Paleolítico Superior cantábrico.
Para ello, solo necesitamos visitar algunos de los museos, estaciones rupestres o impresionantes cuevas con vestigios de este tiempo y que podemos encontrar en el norte peninsular.
Este es el caso de la cueva de Tito Bustillo o en este caso, de El Pindal. Una impresionante cueva que se encuentra localizada en la desembocadura del Río Cares, Deva y en el mismo extremo oriental de Asturias.
[Este pueblo cántabro situado entre montañas fabrica el queso más famoso del mundo]
Una cueva que cuenta con una galería longitudinal de unos 600 m de la que sólo pueden visitarse los primeros 300 y que se encuentra distribuida en cinco zonas en las que no faltan representaciones zoomorfas como cérvidos, caballos, bisontes y hasta un pez y un mamut.
Para visitar esta cueva declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, tendrás que acercarte a la localidad de Pimiango en Ribadedeva y siempre con reserva. De hecho, cada visita acepta un cupo máximo de 30 personas por día.
Historia de la Cueva del Pindal
Esta cueva tiene un desarrollo de unos 600 m y puede dividirse en dos zonas: una turística y fácil de visitar que además ha sido rehabilitada y otra oculta de acceso más difícil. Es en ese primer tramo más fácil y de unos 300 m, donde podremos encontrarnos con la mayor parte de las pinturas.
Esta cueva era conocida desde mucho antes de su descubrimiento científico que tuvo lugar en los primeros años del siglo XX. El encargado de hacer la primera exploración sistemática de la cueva fue Hermilio Alcalde del Río en 1908. Razón por la que fue la primera cueva rupestre en descubrirse en Asturias.
No es hasta 1954 cuando se lleva a cabo el único sondeo arqueológico dirigido por Francisco Jordá, publicado en el Boletín de Estudios Asturianos junto a Magín Berenguer y que va acompañado de una revisión de las pinturas y grabados.
En cuanto a su contenido artístico, la cueva del Pindal cuenta con 29 representaciones de animales (9 pintados, 15 grabados y 5 pintados y grabados). Representaciones de bisontes, caballos, cérvidos, un pez en la zona central y dos mamuts. Todo ello unido a numerosos signos que en su mayoría están pintados y situados en la zona central de la cueva.
En lo que respecta a la cronología de esta cueva, es algo difícil de concretar debido a la ausencia de restos arqueológicos y a la contaminación de las muestras que fueron realizadas.
Es por esto, por lo que la estimación ha tenido que hacerse en base a los estilos artísticos presentes en las cuevas y comparándolos con los de otras. Esto la ha situado en distintos momentos magdalenienses y entre 13.000 y 18.000 años.
Cómo visitar la cueva del Pindal
A pesar de que recientemente estaba cerrada al público a mediados de marzo por los altos niveles de gas radón que presentaba (un gas que se libera de forma natural de las rocas), la cueva del Pindal finalmente ha vuelto a abrir recientemente las visitas.
En cuanto al acceso, este deberá hacerse siempre con reserva previa a través del número 608175284 con horario de atención telefónica de jueves a domingo de 15:00 a 17:00 horas. Esta cueva permanece abierta todo el año y de miércoles a domingo, con lunes y martes cerrados.
En cuanto a las visitas, estas contemplan un máximo de treinta personas por día, siendo el pase diario máximo de 10 personas en cada uno de los tres grupos diarios permitidos.
La edad mínima para visitar la cueva es de 7 años y siempre deberá visitarse con ropa de abrigo y calzado adecuado, debido a la temperatura interior situada en torno a los 12ºC y el 97% de humedad.