Durante la COP28, celebrada a finales de 2023, se presentó un informe con los últimos datos relacionados con el estado de la sequía a nivel mundial. Según advirtió entonces la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertificación, se trata de “una emergencia sin precedentes a escala planetaria, en la que los impactos masivos de las sequías inducidas por el ser humano apenas están empezando a manifestarse".
Ya en la actualidad el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas y, desde el año 2000, el número y duración de los períodos de sequía han aumentado un 29%. Si no se toman medidas, advierten desde las principales organizaciones internacionales como la ONU, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.
Esta problemática requiere de una acción urgente, y es por ello que fortalecer la resiliencia a la sequía, restaurar las tierras y detener la desertificación son los temas centrales del Día Mundial del Medio Ambiente 2024. Establecido por Naciones Unidas en 1972, este día marca en el calendario la cita anual más importante para interceder por el planeta y pedir el apoyo de todas las personas, cada una desde su ámbito, a la acción ambiental.
En este contexto, la ONU hace un llamamiento para la sensibilización de la población respecto a la necesidad de protección de los ecosistemas para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Alcanzarlos dependerá de medidas ambientales transformadoras, avances científicos e innovaciones tecnológicas que impliquen a todos los actores sociales, desde las administraciones públicas al sector privado y también a la ciudadanía.
España es uno de los países europeos más afectados por el cambio climático y en concreto por la sequía, con graves episodios que se repiten cada vez más a menudo. La ciudadanía ve este desafío cada vez más cercano, y de hecho el 78% de la población se siente vulnerable ante el cambio climático, según los datos publicados de la segunda edición del Barómetro de la Transformación Ecológica de Veolia, realizado junto con la consultora Elabe.
El agua, clave para la preservación del medio ambiente
La estrategia del grupo Veolia, referente mundial en soluciones de agua, energía y residuos, en la lucha contra el cambio climático pasa por el desarrollo de soluciones innovadoras para la preservación del agua y del medio ambiente. En España, lo hace a través de Agbar, donde la compañía suministra agua a 13 millones de personas en más de 1.100 municipios.
Especialmente en el actual contexto de sequía, Agbar apuesta por la adopción de modelos circulares e impulsa infraestructuras verdes y soluciones basadas en la naturaleza para cuidar y restaurar los ecosistemas naturales.
Los modelos circulares, primer pilar de la estrategia de Agbar, se concretan, por ejemplo, en la regeneración y posterior reutilización del agua, lo que permite darles una segunda vida a las aguas residuales.
Con este método, el agua procedente de las depuradoras se destina, tras un exhaustivo tratamiento, a nuevos usos para las ciudades, la agricultura o la industria, por ejemplo en el riego de zonas verdes y campos o para la limpieza de las calles. El agua regenerada también se devuelve en condiciones óptimas a los ríos y acuíferos, para empezar de nuevo el ciclo del agua y reducir así la presión sobre los recursos hídricos.
Esta solución de regeneración del agua ya se está aplicando en varios puntos del territorio, como en Cataluña y Murcia. Más concretamente, el 25% del agua que se utiliza en el área metropolitana de Barcelona ya es regenerada. Y en Murcia, las depuradoras situadas en Lorca y Cartagena proporcionan agua para el riego agrícola en estas zonas.
Infraestructuras verdes
Otra de las soluciones claves para el grupo Agbar consiste en naturalizar sus instalaciones, es decir, integrarlas en el entorno natural para que contribuyan a la biodiversidad local y tengan una función ecológica. Lo que se denomina una infraestructura verde.
Para ello, se implantan planes de acción de preservación de la biodiversidad en las instalaciones, atendiendo la huella ecológica de las mismas. Se elimina el uso de productos fitosanitarios (químicos) y se actúa para luchar contra las especies exóticas invasoras.
De esta manera, ya se ha logrado la reincorporación de algunas especies a punto de desaparecer en las cercanías de algunas de las instalaciones de Agbar. Por ejemplo, en la depuradora de Cabezo Beaza (Cartagena), se ha recuperado la malvasía cabeciblanca, un peculiar pato buceador con una población muy escasa en España. Y en los humedales de depuración de Begudà (Girona), ha regresado el ratonero patudo, una especie de murciélago que está catalogada en peligro de extinción en esta región.
Soluciones basadas en la naturaleza
El tercer pilar de la compañía se asienta en las soluciones basadas en la naturaleza, que se inspiran en el funcionamiento de los ecosistemas para contribuir a combatir los efectos del cambio climático de una forma sostenible y frenar la pérdida de biodiversidad.
Así, en Rojales (Alicante), la filial Hidraqua, parte del grupo, ha creado una zona húmeda artificial con agua regenerada, que a su vez, evita vertidos al medio en episodios de lluvias torrenciales. El espacio dispone de cinco lagunas artificiales naturalizadas en el parque de El Recorral, que ya se ha convertido en un humedal rico en biodiversidad. En colaboración con el ayuntamiento de la localidad también se han realizado otras acciones de preservación de la biodiversidad, revegetando los espacios naturales con plantas autóctonas e instalando refugios para la fauna. Así, ya se han asentado y reproducido diferentes especies acuáticas en las lagunas artificiales y han atraído otros seres vivos como aves, anfibios, reptiles, mamíferos e invertebrados que ahora prosperan en la zona.