Los expertos en viajes de National Geographic han llevado a cabo una selección de los pueblos más bonitos de España. Un centenar de pueblos entre los que se entremezclan destinos superpopulares de la geografía española con pequeños pueblitos de los que, seguramente, nunca has oído hablar.
Joyas reconocidas y auténticos paraísos por descubrir que se revelan como un destino perfecto para exprimir el puente de Semana Santa. Si lo que buscas para estos días es disfrutar, desconectar y respirar aire puro, cualquiera de ellos será una acierto porque todos tienen algo en común: su pequeño tamaño y su riqueza cultural y paisajística.
Además, National Geographic vuelva su experiencia para garantizar que en este viaje por la España menos poblada se puedan degustar algunos de los principales platos de nuestra gastronomía. Elige un número del 1 al 3 y, ¿por qué no? Déjate llevar.
Santillana del Mar (Cantabria)
Conocido popularmente con el sobrenombre de la villa de las tres mentiras, puesto que según el dicho popular "ni es santa, ni llana, ni tiene mar", Santillana del Mar creció alrededor de un monasterio fundado el año 870 que, en el siglo XII, se convirtió en lo que hoy se conoce como la Colegiata de Santa Juliana.
En el corazón de Santillana del Mar late la Plaza Mayor, también conocida como la Plaza del Mercado o la Plaza de Ramón Pelayo, que mantiene la forma triangular de antaño y en la que destacan las casonas del Águila, de la Parra, de los Barreda-Bracho y las torres del Merino y de don Borja, ambas construidas en el siglo XIV.
Para comer, Cantabria es de sobra conocida por sus sardinas, sus quesos y sus carnes, amparadas bajo el distintivo de Indicación Geográfica Protegida. Además, también son famosos sus dulces, como los sobaos pasiegos, reconocidos en toda España, o la quesada pasiega, que continúa con la tradición de la herencia familiar.
Ayllón (Segovia)
Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1973, los primeros aylloneses de los que se tienen noticia fueron los celtíberos como muestran los restos presentes en el Cerro. Al cruzar el puente medieval de Ayllón se llega al único arco que queda de los tres que tuvo su muralla, uno de los símbolos más característicos de la villa, junto con la iglesia románica de San Miguel Arcángel, del siglo XII, ubicada en la Plaza Mayor.
Del gótico se conserva el Palacio de los Contreras y la Casa de la Torre, el edificio civil más antiguo del pueblo. Por último, destaca la iglesia de Santa María la Mayor, del neoclásico, cuyo campanario de 40 m de altura se vislumbra a lo largo y ancho de la villa, y una de las casas señoriales más conocidas por su espectacular escudo con forma de águila de San Juan, la Casa del Águila.
La visita a la villa merece la pena para degustar los platos típicos de la gastronomía segoviana como los judiones de la Granja, la sopa castellana o el cordero y el cochinillo asado.
Buitrago de Lozoya (Comunidad de Madrid)
El recinto amurallado de Buitrago de Lozoya es el conjunto fortificado más singular y mejor conservado de la Comunidad de Madrid, declarado Monumento Nacional desde 1931. En el extremo sureste se encuentra el Castillo de los Mendoza, del siglo XIV-XV, de arquitectura mudéjar y que estaba fortificado por siete torres, todas con una estructura diferente. En él residió la reina Juana de Portugal y su hija Juana la Beltraneja.
En el entramado de su casco histórico, se esconde el Museo Picasso de Buitrago del Lozoya, inaugurado en 1985, gracias a la donación de las obras que durante 26 años fue atesorando Eugenio Arias, barbero y gran amigo de Picasso. Un espacio donde se recoge una peculiar colección de sesenta piezas, entre las que se incluyen cerámicas, litografías, carteles, dibujos, aguadas y pirograbados de los años 50 y 60, durante el exilio francés del artista.
El representante más conocido de la gastronomía tiene su variante en el cocido serrano, que en esta época del año todavía apetece y más con estas bajadas de las temperaturas. Otro plato de cuchara que se puede encontrar en Buitrago de Lozoya son los judiones de Villavieja con matanza. Entre las diferentes variantes de carne, se encuentra el chuletón o el entrecot de la Sierra, así como el asado serrano.