En España, es habitual que durante los meses de invierno se produzcan fuertes rachas de viento. De hecho, en las últimas semanas la Aemet ha activado la alerta en diferentes comunidades autónomas por nevadas y fuertes vientos. Después de la lluvia y la niebla, la DGT avisa de que el viento es el fenómeno meteorológico que causa más accidentes.
El viento es uno de los fenómenos atmosféricos que más complican la conducción. El principal peligro radica en que puede aparecer en cualquier momento y hacer que se desvíe la trayectoria del vehículo. Los tres momentos más peligrosos con vientos fuertes son: las salidas de los túneles, al circular junto a edificios y construcciones, y al cruzar y adelantar vehículos voluminosos por el efecto pantalla.
Al ponerse al volante en días de fuertes vientos, es fundamental estar preparado frente a una ráfaga que pueda sacudir el coche, desestabilizándolo, modificando su trayectoria e, incluso, lanzándolo contra otro vehículo.
¿Cómo conducir con rachas de viento?
La Dirección General de Tráfico aconseja, al conducir en días de viento, tener en cuenta estas tres recomendaciones:
- Observar el entorno (árboles, nubes, mangas de señalización…) para, así, tratar de calcular su presencia, fuerza y dirección.
- Agarrar firme el volante y mantener una presión suave contra la dirección del viento.
- Tener cuidado con el efecto pantalla al adelantar, especialmente a vehículos pesados, al salir de un túnel o al pasar un edificio.
Además, desde la revista Tráfico y Seguridad, la DGT hace hincapié en que las ráfagas de viento pueden comprometer la estabilidad del coche y provocar un accidente. Para evitarlo, a los consejos que da en la red social, se suman otras advertencias como tener en cuenta la aerodinámica del coche.
Con viento fuerte, la aerodinámica de un automóvil hace que el coche corte el viento con solvencia o haya que estar de manera constante rectificando el volante sin dejar de dar bandazos. Así, dice la DGT, "es importante ser consciente de si llevamos un coche de líneas de carrocería suaves y penetrantes, o, por el contrario, llevamos un todoterreno cuadradote con muchas líneas angulares. En este último caso, habrá que estar más pendientes los días de fuerte viento".
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La lógica, y la DGT, dicen que "con fuerte viento racheado hay que reducir la velocidad para ser capaz de controlar el coche ante el fuerte envite de una racha. Pero hay más, ya que si el viento lo tenemos a favor, va a ser muy fácil superar la velocidad limitada, por lo que habrá que conducir muy atento", indican.
A esto, se añade el bolsillo, puesto que, "en función de si se lleva el viento en contra o a favor de la marcha, los consumos, en un recorrido de más de 200 km, van a variar considerablemente. Y mucho más si ha añadido algún portaequipajes en el techo del coche que perjudique la aerodinámica", recuerdan desde Tráfico.
¿Qué son las rachas de viento?
Se consideran rachas de viento aquellos cambios bruscos y acelerados del viento sostenido (el que sopla de manera constante) que excede el viento promedio en más de 10 nudos (18 km/h). "La velocidad de la racha es o será la velocidad del viento instantáneo máximo en un periodo de tiempo determinado", apunta Meteored.
El blog de la Aemet define las rachas de viento como "desviaciones transitorias (instantáneas) en la velocidad del viento respecto a su media. Es decir, son cambios en la velocidad del viento que duran poco tiempo (menos de un 10% del tiempo total de predicción). Se habla de rachas muy fuertes o huracanadas si sobrepasan los 70 km/h o los 120 km/h, respectivamente".