Uno de los grandes enemigos de los conductores, además de los accidentes, son los radares. Esos dispositivos que sirven para controlar la seguridad en las carreteras y que estaban destinados a obligar a los conductores a respetar la velocidad máxima de la vía ahora se usan también para perseguir otras infracciones.
La mayoría de estos radares están gestionados en España por la Dirección General de Tráfico. Sin embargo, en algunos países ya existen otro tipo de radares que suponen una auténtica revolución. Es el caso de Francia, donde son más habituales de lo que pueda parecer los radares privados. Es decir, aquellos que no están regidos por una gran organización y que son gestionados por otros conductores.
Con la llegada del año 2024, Francia ha puesto en marcha una campaña para reforzar la seguridad en las carreteras y por eso ha desplegado un gran dispositivo de hasta 400 nuevos radares según publicó una empresa francesa en sus respectivas redes sociales. Sin embargo, muchos de estos aparatos se encuentran dentro de coches privados que patrullan las carreteras galas. Un formato realmente sorprendente en España.
¿Qué son los radares privados de Francia?
En el país vecino son cada vez más habituales los llamados como radares privados. Se trata de dispositivos que van a bordo de coches que no son de un organismo oficial como la policía y que no son manipulados por personal específico. Algo realmente novedoso si lo extrapolamos a España, pero que en Francia ya es habitual.
El proceso de funcionamiento es el siguiente. Se contrata a cientos de conductores para que lleven en sus coches estos radares móviles. Se trata de un método muy útil, ya que es más fácil cazar a conductores realizando infracciones porque al no ver un coche de policía cerca se confían. Es más fácil que pasen desapercibidos.
[Atención conductores: esta es la conocida carretera de Madrid que ha cambiado el límite de velocidad]
El Departamento de Tráfico de Francia contrató a cuatro empresas de grandes dimensiones para que se encarguen de seleccionar a los conductores adecuados para llevar estos radares. El objetivo oficial es reducir los siniestros en carretera. No obstante, el afán recaudador también está detrás de esta curiosa y polémica iniciativa.
Sin embargo, no todos los conductores pueden llevar estos radares. Necesitan tener como mínimo 10 de los 12 puntos del carnet de conducir. Estos conductores infiltrados patrullan las carreteras y consiguen tener ganancias de hasta 1.500 euros mensuales. Eso sí, hay que aclarar que no cobran por número de sanciones impuestas, ya que eso supondría una conducta ilegal.
¿Hay radares privados en España?
En España existe un modelo parecido al francés, aunque no es exactamente igual. Por lo que de momento, a esta pregunta habría que responder que no. No obstante, sí hay empresas privadas que se dedican a un negocio parecido. Estos radares operan al margen de la Dirección General de Tráfico, ya que no es el organismo encargado de controlar este servicio ni de contratar a las diferentes empresas que se dedican a ello.
Las instituciones que llevan a cabo un modelo algo similar a lo que sucede en Francia son los ayuntamientos de algunos municipios, quienes controlan su propio tráfico e imponen las sanciones pertinentes. Los consistorios contratan a otras empresas que se dedican a controlar la circulación a través de la instalación de cámaras y radares en sus calles y carreteras aledañas.
[Qué son los radares de cruce: la última 'arma' de la DGT para vigilar y multar a los conductores]
A cambio de este servicio se llevan un 50% de la comisión, pero siguen siendo los ayuntamientos quienes se encarga de imponer las multas. Así pues, esto sería lo más parecido a lo que se realiza en Francia, ya que en España ese modelo sigue aún prohibido. Si nos encontramos alguna situación así en nuestro país se trataría de un defecto de forma que podría invalidar todas las sanciones impuestas por el radar móvil durante sus horas de servicio.