El crimen del Burger King: el hijo de Maravillas le contó a su jefe Bryan que a su madre le tocó El Gordo
Alejandro era encargado del restaurante donde ejercía de gerente el supuesto autor de la muerte de su madre, al que pillaron con dinero robado.
12 septiembre, 2023 07:47Alejandro debía trabajar este domingo en el restaurante que Burger King tiene en la pedanía murciana de El Esparragal. Nunca llegó a su turno como encargado del citado local, debido a que horas antes la Policía Nacional le arrestó por su presunta vinculación con el robo violento que sufrió su madre, Maravillas Martínez, y que le terminó costando la vida. El supuesto autor de este palo a Maravillas que se saldó de manera truculenta fue Bryan: un amigo personal de Alejandro desde que lo tuvo a sus órdenes como gerente en la misma cadena de comida rápida.
El Grupo de Homicidios ha decretado el secreto de la investigación de este caso que bien podría denominarse: el crimen del Burger King. "Alejandro y Bryan se llevaban bien, al margen del trabajo también eran amigos", tal y como afirman varios empleados del restaurante que tiene la cadena estadounidense en la zona de ocio de Atalayas en Murcia. Este local tenía como gerente al sudamericano Bryan R., de 29 años, y de encargado, al español Alejandro S. M., de 21 años.
"Nos hemos quedado impactados, no esperábamos esto", subrayan algunos empleados que han estado a las órdenes de Bryan y Alejandro, tras conocer su arresto en el marco de la investigación que busca esclarecer el robo donde murió la pobre Maravillas. "Alex llevaba uno o dos años en Burger King, era un crío tranquilo, nada violento y un buen encargado: era exigente, pero siempre estaba dispuesto a trabajar", insisten los compañeros sin dar crédito a lo sucedido. "Bryan trabajó unos tres años, fue gerente del restaurante, y también era un chico muy normal".
A lo largo de la amistad que se fraguó entre ambos, a caballo entre los turnos de trabajo y de las salidas de ocio, tanto Alejandro como Bryan fueron conociendo más cosas el uno del otro. "La madre de Alejandro solía decir que era demasiado confiado", apunta una compañera de trabajo. Y posiblemente ande en lo cierto, puesto que este veinteañero al que una amiga de la infancia define con un carácter "introvertido" y "tímido", se acabó abriendo al amigo que "conoció trabajando".
Tanto es así que le confesó que su familia tenía cash. Su madre, Maravillas, fue empleada en Artemur: una empresa de cortinas y edredones, a cuya plantilla le tocó El Gordo de la Lotería de Navidad de 2001. El número 18795 regó a los empleados con 21.990 millones de las antiguas pesetas. "Maravillas se construyó su casa de El Palmar con el dinero de la lotería", tal y como aseguran Cristina y María, dos vecinas de esta pedanía murciana de la que es oriundo el tenista Carlos Alcaraz.
El domicilio de Maravillas es un casoplón de tres plantas, con la fachada color crema, garaje y una gran terraza que destaca en el paisaje de la calle República Argentina. Basta con decir que tiene dos plantas más que la casa de al lado, propiedad de sus padres: Pepe y Ana, un matrimonio de octogenarios muy queridos entre el vecindario. Otro dato que pudo trascender en esas conversaciones entre amigotes fue la herencia que dejó Juanjo: el padre de Alejandro, un conserje del Teatro Bernal de El Palmar, y que en 2019 falleció tras no superar su batalla contra el cáncer.
Ya sea la lotearía o la herencia, lo que tiene claro el Grupo de Homicidios es que el móvil de la muerte de Maravillas es "económico" porque a esta exempleada de Artemur, de 63 años, le arrebataron la vida de forma violenta durante un robo. Prueba de ello es que EL ESPAÑOL ha confirmado que Bryan llevaba encima una llamativa cantidad de dinero, cuando fue detenido este domingo, tras ser sorprendido robando en casa de la fallecida. "Tenía 500 euros en metálico", según detalla uno de los vecinos que abortó la huida de Bryan, antes de la llegada de la Policía Nacional.
La casa de Maravillas está pegada a la de sus padres -Pepe y Ana- y cuenta con una puerta en el garaje que conecta ambos inmuebles, ubicados en la calle de la República Argentina: una vía estrecha y de sentido único. El robo se fue al garete cuando Bryan entró a la casa y rompió un cuadro, bien porque se le cayó, porque buscaba una caja fuerte o porque forcejeó con la víctima debido a que no se esperaba encontrar a la madre de su amigo, Alejandro. El caso es que el golpe se escuchó en la vivienda contigua y Encarna -la hermana de Maravillas- comenzó a telefonearla para saber qué ocurría. No obtuvo respuesta y la puerta que comparten ambas casas estaba cerrada con llave, así que alertó al 112 de que no localizaba a su familiar.
"Pepe escuchó ruidos y empezó a pedir ayuda, mientras unos clientes de la cafetería taponaban la puerta de la casa de Maravillas y le gritaban a un ladrón: '¡Hijo de puta, por aquí no vas a escapar!'", según relata uno de los vecinos que socorrió al anciano, junto a la clientela del Puro Café, cuando pasaban unos minutos de las cuatro de la tarde de este domingo.
"Al bajar a la calle, vi salir a un chico sudamericano por la casa de Pepe y el anciano llevaba una herida en el brazo derecho", tal y como prosigue explicando este testigo. "Ese chico había saltado desde la terraza de la casa de Maravillas al balcón de Pepe, entonces, lo puse contra la pared, lo registré y encima llevaba un fajo con unos nueve billetes de 50 euros".
Este imitador de Spiderman era Bryan. "El chico contó una película que no me cuadraba", sentencia este testigo. "Nos dijo: 'He quedado con Alejandro, lo he llamado por teléfono y cuando he aparcado, me he encontrado a dos moros en la puerta de su casa, peleándose con su madre, Maravillas, y me he puesto a ayudarla. Con el forcejeo me han llevado hasta la tercera planta y me han tirado de la terraza al balcón'. Al escuchar eso, le contesté que era imposible porque Pepe dijo que le había agredido. Además, si lo lanzan desde ocho metros de altura cae de cabeza y cayó de pie porque llevaba las piernas recalcadas. Había saltado para huir".
Ni que decir tiene que los vecinos retuvieron a Bryan hasta la llegada de las patrullas de Policía Local y Policía Nacional que ya habían sido alertadas por Cristina: una clienta del Puro Café que llamó a la Sala del 091 porque un anciano -el padre de Maravillas- estaba pidiendo auxilio por un robo.
"En ese momento, llegó corriendo Alejandro y eso también me mosqueó porque no metió su coche en el garaje como siempre. Lo aparcó en el desvío y corrió al ver que teníamos en el suelo al chico sudamericano. Iba gritando: '¡Dejarlo que no ha hecho nada y esa es mi casa!'", tal y como subraya este testigo de las dos detenciones practicadas por la Policía Nacional. "Acto seguido, Alejandro se fue a casa de su madre y empezó a pegarle patadas a la puerta porque no llevaba las llaves".
Un detalle llamativo que explicaría que la puerta del domicilio de la víctima podría no haber sido forzada por el ladrón, a falta de los resultados de la inspección criminalística. "Todo era muy mosqueante: llamaba a su madre a gritos porque sabía algo de la historia". De hecho, la Policía Nacional tuvo que forzar la puerta para entrar a la casa de Maravillas y se confirmó la tragedia. "Escuché a un agente decir que asfixiaron a Maravillas con una bolsa de basura", asegura Cristina, autora de la llamada al 091.
Los miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana comprobaron que por allí no había ni rastro de los "dos moros" de los que hablaba Bryan y procedieron al arresto de este sudamericano: "Le metieron en volandas en el coche patrulla porque tenía fracturada una pierna". Entretanto, Alejandro fue conducido al interior de la casa de su madre y finalmente salió esposado para Comisaría. El motivo se debe a que "eran contradictorias" las explicaciones que ofreció sobre la presencia de su amigo y compañero de trabajo en la escena del crimen, según fuentes policiales.
"A los agentes también les llamó la atención que Alejandro llevaba un tiempo que no se le veía por la casa de su madre y apareció en cuanto Bryan fue sorprendido robando". Lo más probable es que el Grupo de Homicidios agote el plazo legal para mantener en los calabozos a los dos detenidos, con el objetivo de seguir interrogándoles, para verificar si Alejandro y Bryan supuestamente planearon juntos un robo que se les fue de las manos. De modo que el miércoles serán trasladados a la Ciudad de la Justicia donde declararán ante un juez.
Maravillas será enterrada este martes. Los vecinos de El Palmar se mostraban desolados ante el trágico desenlace del robo y los supuestos implicados: su hijo, Alejandro, y su amigo Bryan. "Era una mujer que había sufrido mucho cuando se quedó viuda por la muerte de su marido, Juanjo Macanás, pero siempre fue una madre cariñosa y a su hijo lo animaba por la pérdida de su padre", según cuenta una allegada. "Son una buena familia".
En la calle República Argentina, una amiga de la infancia de Alejandro es incapaz de aceptar su arresto tras el robo que le costó la vida a 'Mara', como la conocían cariñosamente sus vecinos. "No creo que le hiciese nada malo a su madre porque se llevaban bien, mucho más tras la muerte del padre", según insiste esta joven, de 20 años. "Es un amor de persona".
Nadie da crédito a la detención de este antiguo alumno del Colegio San Vicente de Paul, con poca vida social, un característico pelo teñido de rosa, cara de buen estudiante y que se labró una carrera en el Burger King, haciendo turnos de noche antes de ser encargado, bajo las órdenes del gerente Bryan, a la sazón, su amigo y supuesto ejecutor de su madre.
En la casa de los familiares de 'Mara' reina un silencio luctuoso que solo rompe su madre, Ana, cuando abre una ventana, acompañada de una allegada, para declinar pronunciarse sobre la investigación que tiene en la diana a su nieto: "No vamos a hablar. Solo puedo decir que Maravillas era una bellísima persona".