Si hay algo que les gusta a los españoles es viajar por todo el mundo. Conocer países y otras culturas se ha convertido en uno de los 'hobbies' favoritos de los ciudadanos de nuestro país. Y si hay algo más típico de unas vacaciones es el hecho de traer recuerdos del lugar de destino. Camisetas, mecheros, ceniceros o dedales son algunos de los más recurrentes. Sin embargo, hay un 'souvenir' que no falla nunca y ese es, precisamente, el típico imán de nevera con el nombre de la ciudad que se ha visitado.
En muchas ocasiones, cuando se realiza un viaje, cuesta encontrar un lugar donde colocar el regalo que se ha traído de recuerdo. Por ello, los imanes se presentan como una muy buena opción, ya que todo el mundo apuesta por el mismo sitio para colocarlos: la puerta de la nevera. Y es que los frigoríficos de las casas de los españoles se han convertido ya en un pequeño altar para dar envidia de los viajes a todos aquellos que visitan su domicilio.
Pero a pesar de que se trate de una simple acción que, a priori, parece no suponer ningún daño grave, lo cierto es que, dependiendo del modelo del electrodoméstico, el hecho de colocar imanes en la nevera podría acabar estropeando las neveras. Sobre todo si se tratan de las de última generación. Por ello, en los últimos días, han surgido una serie de recomendaciones que aconsejan a los usuarios a evitar colocar los imanes en los frigoríficos.
Concretamente, si la nevera es nueva y de alta tecnología, de las que incluyen pantalla táctil, habría que evitar poner imanes en la nevera. El verdadero motivo por el que se aconseja evitar esta acción es porque los imanes generan campos magnéticos que pueden estropear el electrodoméstico. De este modo, existe la posibilidad de que estos interaccionen con el propio sistema eléctrico del frigorífico y pueda acabar estropeándolo.
En cualquier caso, los expertos han aclarado que el posible daño que crean los imanes afecta únicamente al sistema de la nevera, y no a los alimentos como se ha dicho en redes sociales. Además, hay que tener en cuenta que el campo magnético que generan los imanes es muy débil, por lo que no debería suponer ningún problema extremadamente grave. Sin embargo, ante el posible desconocimiento sobre el campo magnético que puedan generar, se aconseja no colocarlos en las neveras modernas para evitar problemas.
Normalmente, los imanes que se utilizan para pegar en las neveras están elaborados con materiales magnéticos como el acero inoxidable, el hierro o el aluminio, en este caso recubierto de un material magnético, como el neodimio. Algunos también pueden estar hechos de materiales ferromagnéticos, como el níquel. Todos estos son materiales que hacen que los imanes no necesariamente causen daños graves en las neveras.
En caso de contar con un frigorífico que no sea de última generación y que no tenga pantalla táctil, al no tener ningún sistema conectado no habrá problema a la hora de pegar los imanes en la nevera.
No aumenta el gasto energético
En los últimos meses, han surgido algunos rumores en TikTok que afirman que tener imanes en la nevera aumenta el gasto energético de nuestra casa. Ante la viralización de este 'bulo', la propia Endesa fue la encargada de desmentir la información, en este caso a Cadena Ser. Desde la entidad aseguraron que los imanes no obligan a la nevera a consumir más electricidad al aumentar la fuerza electromagnética del campo eléctrico del aparato.
A pesar de ello, los expertos recomiendan a todos aquellos que deseen poner sus imanes en la cocina sin dañar el frigorífico que coloquen antes una serie de placas de hierro o de metal. En ellas se pueden colocar los imanes y posteriormente se pueden colgar en la pared de la cocina, para así poder lucir los recuerdos.