Desde hace cuatro años lucha por los derechos laborales de los ciudadanos procedentes de Marruecos que residen en territorio murciano. También ejerce como activista contra el racismo y ahora le ha tocado sufrirlo en primera persona. Sabah Yacoubi, presidenta de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de Murcia (ATIM), ha denunciado un supuesto episodio racista en el Hospital Reina Sofía en el que ingresó su padre por un ictus y donde dos sanitarios le ordenaron a gritos a la líder de ATIM que se callase porque era una mora.
"Es la primera vez en más de 23 años que me siento que no estoy en mi país natal", reflexiona Sabah Yacoubi, mientras aporta a EL ESPAÑOL la reclamación que ya ha presentado ante el Servicio Murciano de Salud. "Lo he pasado muy mal, una semana con diazepam: no puedo dormir".
El presunto episodio racista se produjo durante el ingreso de su padre, El Kettani, de 77 años, en el Hospital Reina Sofía de Murcia. "Estaba pendiente de ser operado del corazón y el 10 de abril sufrió un ictus y se quedó con la movilidad reducida", tal y como detalla la líder de ATIM. "Mi madre y yo íbamos a verle a diario y a pesar de que no se podía valer por sí mismo, en cinco días no le asearon, de modo que fui al mostrador de su planta a pedir una toalla para bañarlo y para preguntarle a la auxiliar encargada de la habitación de mi padre por qué no le habían aseado".
Así lo expone Sabah Yacoubi en la reclamación que ha motivado la apertura de una investigación en el Servicio Murciano de Salud: "El 15 de abril, sobre las doce del mediodía, en la séptima planta, reclamo educadamente a la auxiliar del paciente de la habitación 720, El Kettani Yacoubi, que mi padre no ha sido aseado hasta el día de hoy, a pesar de no ser autónomo y de sufrir caídas en la habitación".
"Un enfermero y una auxiliar interrumpen la conversación. Primero, el enfermero se levanta diciendo que no le hable de esa manera a la auxiliar, se pega a mi cara, me grita que me calle y que no tienen que estar las 24 horas al lado de mi padre porque no habla español, cuando yo no he pedido eso en ningún momento", según narra la activista.
"La auxiliar de enfermería también me grita que me calle, que no le dé más vueltas a la tortilla porque mi padre debe ducharse sólo o con ayuda de su familia porque los familiares son los que deben cuidarlo y no ellos [los sanitarios], que no les enseñe su trabajo y que me vaya a reclamar. Le dije a esta auxiliar que con ella no estaba hablando y me responde que me vaya ya".
La cosa iba a peor, a pesar de que la presidenta de ATIM tiraba de diplomacia, dando opciones al enfermero y a la auxiliar para comunicarse con su padre, a la vista de que el ictus que padecía le mantendría más días hospitalizado y Sabah no podía estar las 24 horas con su progenitor, por sus obligaciones laborales. "Les recuerdo que la barrera idiomática se puede solucionar llamando a un intérprete o a la familia, pero el enfermero contesta que los sanitarios no están obligados a llamar intérpretes".
A la vista de que la tensión con estos dos sanitarios iba in crescendo, Sabah Yacoubi optó por coger la toalla y marcharse a la habitación de su padre para asearlo, por primera vez, en cinco días desde su ingreso en el centro hospitalario. Al llegar a la 721 se percató de que no había una esponja en el cuarto y regresó a pedir una al personal sanitario. "Llegando al mostrador, oigo que ese enfermero le está diciendo a sus compañeros: 'Cuando venga la mora'. Le dije que a mí no me llamase mora, que estaba hablando mal a mis espaldas y me contesta que tiene una compañera negra y como no sabe mi nombre, puede llamarme mora".
En la reclamación, la presidenta de ATIM relata que le pidió al enfermero que se dirigiese a ella con respeto: "Le dije que su compañera negra no se llama negra, tiene nombre y apellidos, y si él tiene confianza para llamarla así, es asunto suyo, pero conmigo no tiene confianza y que a mí me puede llamar: familiar del paciente de la habitación 720. Y me contesta varias veces que si no me gusta que me vaya a poner una queja".
Después de recibir el alta su padre, la activista no ha dejado de darle vueltas al episodio que sufrió en el hospital y ha decidido interponer una reclamación contra el enfermero y la auxiliar de enfermería. Sabah Yacoubi explica a este diario que lo ha hecho por un solo motivo: "Me han humillado, al gritarme, ordenarme que me calle y llamarme mora de forma despectiva".
Un portavoz del Servicio Murciano de Salud explica que se ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido: "El SMS recabará toda la información pertinente y se seguirá el procedimiento que se establece legalmente para su tramitación y resolución".
El Hospital Reina Sofía de Murcia, a través de Twitter, se ha disculpado públicamente con la presidenta de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de Murcia: "Esperamos que tu padre se recupere pronto. Sentimos mucho lo sucedido y, desde luego, no es un comportamiento propio de este centro. Vamos a llevar un seguimiento estrecho para averiguar lo sucedido, y nos puedes escribir por privado para lo que sea".
Sabah Yacoubi agradece este gesto, pero no se conforma, como en otras ocasiones cuando su espíritu sindical la ha llevado a destapar casos de explotación laboral a población inmigrante o cuando ha organizado protestas para la mejora de las condiciones de sus compatriotas en el campo: un sector que conoce bien porque ella ha trabajado en almacenes de conserva, en la hostelería y como asistenta doméstica, antes de liderar ATIM en la Región de Murcia. De modo que en su reclamación realiza tres peticiones concretas al Servicio Murciano de Salud:
"Que el hospital revise sus políticas internas de trato a los pacientes, especialmente aquellos de origen étnico diferente al español y personas que no hablan español fluidamente, para garantizar que esta situación no se repita con ningún usuario del sistema de salud pública de Murcia".
"Que se tomen medidas sancionadoras y correctivas apropiadas, en relación al comportamiento del enfermero y de la auxiliar de enfermería, quienes mostraron una conducta inapropiada y grosera hacia mí y hacia mi padre".
"Que el enfermero y la auxiliar de enfermería ofrezcan disculpas formales por su comportamiento inadecuado y por su falta de respeto".