Este martes la empresa Clece ha celebrado un evento virtual para dar la bienvenida a la nueva normalidad de una manera especial. Desde la compañía han querido aprovechar este momento para agradecer a todos sus empleados el trabajo realizado en primera línea contra el virus durante la emergencia sanitaria en varias áreas: sociosanitaria, limpieza y vigilancia. A lo largo del evento, bautizado Más Clece que nunca y conducido por la presentadora Alicia Senovilla y el actor José Luis Gil, se han podido conocer multitud de historias y experiencias personales de los trabajadores de Clece, pero sobre todo ha brillado la ilusión de todos los empleados de la compañía por volver a la normalidad después de lo vivido estos meses.
El primer testimonio llegaba con Valentina Cepeda, empleada de limpieza en el Congreso de los Diputados. Su imagen limpiando la tribuna de oradores el 18 de marzo se convirtió en un fenómeno en los medios y redes sociales, y ella se convertía en la cara visible de los trabajadores de limpieza, una ocupación que hasta ahora permanecía en un segundo plano, pero cuya labor ha salido a relucir durante la crisis sanitaria.
Sobre su repentina fama, contaba Valentina que “al principio no le di importancia porque era mi trabajo. Pensé que me iban a hacer alguna foto, pero el resto ya lo habéis visto”. Su labor se vio reconocida con los aplausos del Hemiciclo y los agradecimientos personales de la Presidenta del Congreso y Presidente del Gobierno. Al respecto, apunta la limpiadora, “la verdad es que me encantó, estaban aplaudiendo mi trabajo”.
Y es que los aplausos han sido un gesto recurrente para agradecer la labor de todos los trabajadores esenciales, desde que por una iniciativa en redes sociales cada tarde a las 20:00 horas se aplaudía a los sanitarios. Ellos han sido quizá la parte más visible de la lucha contra el coronavirus, pero detrás también se estaba haciendo un esfuerzo importantísimo con la limpieza, los cuidados sociosanitarios o la vigilancia. Más de 11.000 profesionales de Clece han trabajado codo con codo con el personal sanitario, “sabiendo que todos son necesarios por igual”, destacaba José Luis Gil durante el evento.
En los hospitales, desbordados al inicio de la pandemia, no ha habido tarea fácil. Julio César López, coordinador de seguridad en el Hospital La Fe de Valencia, explicaba que han tenido “varias situaciones en las que la gente no entendía que de la noche a la mañana hubiese restricciones para entrar al centro”, derivando en anécdotas como la de “un señor con Covid que intentó escaparse de la unidad a bastonazos. Se le pudo interceptar y con psicología y cariño se le convenció de que debía permanecer en el hospital”.
La actuación de los centros hospitalarios en España ha sido ejemplar y entre ellos cabe destacar el trabajo realizado en el hospital de campaña de IFEMA en Madrid. Convertido ya en un “símbolo de la pandemia”, en este recinto ferial se habilitaron tres pabellones con capacidad para casi 5.000 camas en poco más de 24 horas.
Clece ha estado al frente de la desinfección y limpieza del hospital de IFEMA desde el inicio. “Llegamos con lo puesto y la mayor dificultad que entrañaba este servicio ha sido la rapidez para contratar. Han sido unas 200 personas en menos de un mes”, señalaba Pablo Díaz, jefe de servicio de limpieza del hospital.
La rápida puesta en marcha de todos los servicios, gracias a los equipos de limpieza, sanitarios y fuerzas de seguridad han puesto de manifiesto la importancia del trabajo en equipo para poder atender a los pacientes desde el primer minuto. Por ejemplo, nada más llegar a IFEMA los sanitarios no disponían de portasueros, por lo que el personal de limpieza tuvo que prestarles palos de fregona como una solución temporal.
Atención a los mayores
La atención a los mayores es otro de los pilares de Clece, ya que la compañía gestiona residencias de ancianos y también presta servicios de ayuda a domicilio y teleasistencia. Estos últimos han sido de especial importancia para los más 120.000 usuarios atendidos, ya que durante estos meses muchos usuarios han permanecido aislados y estos servicios suponen, además de una ayuda, compañía para las personas.
Son servicios que mejoran la calidad de vida de los mayores y también sirven para combatir la soledad. Elena Antón, auxiliar sociosanitaria, ha comentado durante el evento que con el servicio de ayuda a domicilio “garantizamos su bienestar, hacemos las tareas domésticas y todos los cuidados que necesiten”, pero también pasan con ellos su tiempo de ocio para “que sean felices y no se sientan solos, que quizá es lo más importante para las personas mayores”.
Durante la emergencia sanitaria, para reducir los contactos entre usuarios y auxiliares, se han reforzado otros servicios como el seguimiento telefónico, sobre todo “a gente que vive sola o que necesita más apoyo en este momento, para que no se sintieran solos. Que vean que hay alguien de confianza que está con ellos”, afirmaba Alberto Cuesta, miembro de la Unidad Móvil del Servicio de Teleasistencia de Clece.
Por otro lado, durante el evento se ha querido incidir en el excelente trabajo realizado en las 92 residencias de ancianos en las que Clece presta servicio, ya que el 80% de estos centros han estado libres de virus durante todo el estado de alarma. Decisiones como la restricción de las visitas, el aislamiento de los residentes y nuevas medidas de desinfección aplicadas al inicio de la emergencia sanitaria han servido para prevenir los contagios.
Por suerte, este aislamiento ha sido más llevadero gracias a que se ha mantenido un contacto estrecho entre los familiares y los residentes. Silvia Ramón, directora de la residencia Gerohotel, en Valladolid, contaba que había “contacto telefónico diariamente y hacíamos varias videollamadas al día. También hacíamos vídeos y actividades y se lo mandábamos a las familias”.
Trabajadores solidarios
En el último tramo de Más Clece que nunca se ha aprovechado para destacar la labor de Corazón y Manos, una asociación sin ánimo de lucro que nacía en 2017 ante la iniciativa de los trabajadores de Clece para impulsar proyectos solidarios en Andalucía.
Desde el inicio de la pandemia han estado pendientes de las necesidades de sus compañeros y usuarios, para ayudar a aquellos que han pasado por momentos difíciles. Ha sido el caso de una compañera con hijos y desahuciada de su casa mientras esperaba una vivienda de protección oficial y a la que esta asociación ha proporcionado alojamiento durante el estado de alarma.
Desde Corazón y Manos también ha impulsado una recogida de alimentos que ha logrado reunir más de 50 toneladas para 5.000 familias en 500 municipios de Andalucía. Kader Miguel, de la delegación Andalucía Central de Clece, afirmaba que estaban muy sorprendidos ante el éxito de la iniciativa ya que, además, han llegado “a triplicar lo recogido porque por cada kilo, la asociación donaba dos kilos más”. Una acción con la que “sabemos que estamos ayudando a nuestro entorno, así que es una satisfacción enorme”.
“El aplauso de hoy es para ellos”
“Con estas historias hemos puesto nombre y cara a los héroes de Clece”, resaltaban los presentadores Alicia Senovilla y José Luis Gil hacia el final del evento. Experiencias personales para conocer a quienes han sabido adaptarse a un escenario muy duro para cuidar de la salud de otros.
Con la frase “el aplauso de hoy es para ellos”, concluía el evento organizado por Clece para agradecer la entrega y compromiso de todos sus empleados durante la emergencia sanitaria. Ahora, los esfuerzos de los trabajadores y la compañía están puestos en retomar esa normalidad y completar el proceso de adaptación después de un duro confinamiento.