Cristina, Rocío, Katia, Belén y María Teresa asistieron la noche de Halloween de hace cuatro años a una fiesta en el pabellón Madrid Arena. Como ellas, más de 16.500 personas más que compraron su entrada para ver en directo al Dj Steve Aoki, a pesar de que se contaba con un aforo máximo de 10.600.
Las cinco chicas murieron aplastadas en una avalancha humana, ocurrida en uno de los vomitorios del pabellón. En ella, se vieron implicadas decenas de personas que trataban de salir de la pista central, completamente masificada. A pesar de que Cristina, Katia y Rocío fueron llevadas a la enfermería del propio pabellón, atendida por los doctores Viñals, no se pudo hacer nada por sus vidas. Belén y Teresa fallecieron en el hospital tres días más tarde y casi un mes después, respectivamente.
Hoy, los familiares y amigos de las víctimas del Madrid Arena las recuerdan, por primera vez, con una sentencia en la mano; una sentencia que no ha traído la tranquilidad a las familias, en concreto a dos de las cinco, que la han recurrido ante el Tribunal Supremo motivadas, principalmente, por la absolución de los doctores Viñals.
"La sentencia es un insulto para las víctimas"
Las familias de las víctimas están convencidas de que van a seguir luchando. "Vamos a defenderos con uñas y dientes", afirma el padre de Katia, Ángel, a este periódico. "La sentencia tenía que haber sido ejemplarizante y no lo ha sido, les sale barato matar", asegura. Su hija Katia fue una de las jóvenes que aquella noche acabaron en enfermería: "Estaba en parada cardiorrespiratoria".
Ángel insiste en que los familiares están "obligados" a luchar hasta el final, "no solo por nuestros hijos sino por los demás". "Yo despedí a mi hija en la boca de Metro dándole un beso y diciéndole que le quería, estaba tranquilo porque la fiesta era en un pabellón municipal en el que en teoría se respetan todas las medidas de seguridad", relata este padre. "Aquí todos tienen que asumir la culpa que tengan, para que no vuelva a pasar algo parecido otra vez", añade.
La madre de Cristina, Isabel, también se mostró también muy decepcionada cuando conoció la sentencia, un "insulto para todas las víctimas y una broma de mal gusto". Esta madre hizo referencia entonces a la absolución de los médicos, que ahora ha recurrido: "No está condenado penalmente, pero el nombre de Simón Viñals no se va a limpiar en la vida".
Este lunes por la noche, a partir de las diez, familiares y amigos recordarán a las víctimas con una vigilia en la plaza Cristina Arce y Rocío Oña, en el distrito madrileño de Barajas. Los amigos de Katia, además, la recordarán en un parque a donde solía acudir.
Siete condenados, ocho absueltos
La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid del pasado 21 de septiembre considera que el promotor y principal acusado de la tragedia, Miguel Ángel Flores, es culpable de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y otros 29 de lesiones por imprudencia grave, por lo que le condena a la pena máxima de cuatro años de cárcel como organizador. Además, el tribunal le inhabilita para el ejercicio profesional de "cualquier actividad en relación con la organización y celebración" de eventos durante el tiempo que dure la condena, ya que considera que actuó "intentando conseguir el máximo beneficio económico".
La resolución condenó a otros seis acusados, que los magistrados consideran que "no solo no evitaron riesgos sino que los crearon y los permitieron": Francisco del Amo, coordinador de operaciones y proyectos de Madridec, (tres años de cárcel) Santiago Rojo, director general de Diviertt (tres años de cárcel), Carlos Manzanares, socio mayoritario de Kontrol 34 (dos años y seis meses de cárcel), Juan José Paris y Raúl Monterde, coordinadores de Seguriber (multa de 12 meses a una cuota diaria de 10 euros) y Miguel Ángel Morcillo, jefe de personal de Diviertt (dos años, seis meses y un día de prisión).
Entre los absueltos, el exjefe de la Policía Municipal de Madrid Emilio Monteagudo "porque la precariedad del operativo policial que se dispuso el día de los hechos no tuvo influencia en lo sucedido" y los médicos Simón y Carlos Viñals que aquella noche atendían en el pabellón, absueltos "pese a entender acreditada su negligente actuación cuando las víctimas fueron llevadas al botiquín para que las asistieran, por considerar que no está probado que si dichos doctores hubieran actuado correctamente podrían haber evitado que las jóvenes fallecieran, dado el tiempo que las víctimas estuvieron atrapadas en el vomitorio y el que transcurrió hasta que pudieron ser rescatadas. Así como que también fallecieron como consecuencia de las gravísimas lesiones sufridas en la avalancha las otras dos jóvenes que no fueron llevadas al botiquín para ser atendidas por los facultativos".
Además, el tribunal absuelve tanto a José Ruiz Ayuso, técnico de Madridec y a José Antonio Díaz Romero, jefe de seguridad de Seguriber por considerar que "no tuvieron responsabilidad en los hechos" como a Roberto Mateos, vigilante de Seguriber, y Emilio Belliard, de Kontrol 34, por entender que "por su carácter de subordinados no tenían capacidad operativa para evitar el trágico resultado".
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