El cuerpo de bomberos siempre ha tenido predicamento entre el público femenino. Por ejemplo, los calendarios solidarios que se suelen publicar año tras año se suelen vender como rosquillas. Al principio, eran sólo hombres. Luego, y conforme se han ido incorporando las mujeres, también han tomado protagonismo. Aunque todavía son minoría.
Cuerpos musculados, en posturas sexys, a veces con el torso desnudo (si hablamos de hombres), que aparecen en ocasiones después de haber pasado incluso un casting. Una labor solidaria que, a pesar de contar hasta con 20 años de historia, sigue funcionando.
Pero más allá de calendarios, y de cuerpos perfectamente cincelados, hay quien siente un ‘amor’ por estos uniformes. Tanto es así, que no dudan en gritarlo a los cuatro vientos. Es lo que hizo una mujer tras una actuación del cuerpo de bomberos.
En el vídeo de X (antes Twitter), los bomberos acaban su labor de forma satisfactoria (no se sabe muy bien cuál es la localidad en la que actúan). Y es entonces cuando una mujer, se supone que desde su balcón, comienza con sus particulares loas al cuerpo.
El primer mensaje suena como a advertencia, como si se les hubiera quedado algo sin apagar: “Nos os vayáis, bomberos. No se ha apagado el incendio”, grita anunciándoles de su posible olvido, o error.
Sin embargo, sus siguientes palabras no vienen a corroborar este hecho, sino que ponen de manifiesto que el mensaje que les quiere dar no tiene nada que ver con un trabajo inconcluso. ¿O quizás sí?
Estas fueron sus palabras para que cada cual saque sus propias conclusiones: “Yo estoy ardiendo. No os vayáis, guapos”. Viendo la escalerilla del coche donde están los bomberos sigue bajando, y no se dirige hacia ella, lanza este otro mensaje: “Aquí sí que hay chispa rulando”.
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Ajenos a las palabras de la mujer, quizás porque están centrados en su labor, los bomberos continúan con su quehacer. Lo cual no es óbice para que la señora siga implorando: “Nos os vayáis, bonitos”.
Ante estos mensajes, en el vídeo se escuchan algunas que otras risas de quienes están contemplando el hecho. Y viendo que no está teniendo el éxito pretendido, la mujer cambia de táctica: “¿Has merendado ya? Pues tengo horchata si quieres”, le propone al bombero.
Para finalizar su mensaje, quizás para auto consolarse por no haber logrado sus metas, lanza dos frases lapidarias. La primera: “¡Madre mía, cómo está el cuerpo de bomberos!”. Y, la segunda: “Quién fuera gato en un árbol”.