Aunque lo habitual es que hasta La Jungla lleguen las historias de los camareros por las terribles ofertas laborales con las que lidian a diario, en esta ocasión se ha planteado un dilema a través de la cuenta Soy Camarero que, además de servir como canal de denuncia, se ha convertido en un foro para los trabajadores de la hostelería. La protagonista esta vez es una camarera a la que han obligado a pagar 110 euros de sus propinas por una botella de vino que vendió a unos clientes.
La camarera explica que recurre a la página porque no sabe qué hacer ante la situación y relata que estaba sirviendo a una mesa de cuatro personas que pidió tres entrantes y un chuletón para compartir. Los comensales preguntaron que les asesorase sobre un vino que maridase con la carne y ella les ofreció tres diferentes: un Rioja y un Ribera del Duero con un precio de 50 euros cada uno y un vino de Toro que ascendía a 110 euros la botella.
Entre los tres, ella les recomendó el de Toro y ellos aceptaron, pero sin haber preguntado cuánto costaba: "Llega la hora de pagar y se asustan por el precio de la botella. En ningún momento me preguntaron por el precio de los vinos", relata la camarera, que se lo dijo a su jefe y éste, a su vez, delegó en el encargado. Finalmente, los clientes negociaron con él y no pagaron la botella, pero la sorpresa llegó el domingo con el reparto de propinas:
"Me dicen que tengo pendiente el pago de la botella, ¿es normal? ¿Me pueden hacer eso?", ha preguntado la camarera. Por su parte, desde la cuenta ya dejan claro que "el bote no se toca" en un tuit que supera las 378.000 reproducciones en la red social y ha suscitado un profundo debate. En su mayoría, los tuiteros reiteran que la botella tendría que pagarla el establecimiento o el responsable que tomó la decisión de no cobrarla, pero también afean que la trabajadora no haya informado sobre los precios del vino cuando los ofreció:
En todo caso, seguro que a la camarera no se le va a olvidar nunca más enseñar la carta de vinos.