Da igual lo que haga o no haga Irene Montero porque siempre acabará recogiendo un aluvión de críticas por acción u omisión. La ministra de Igualdad es, de lejos, la más cuestionada del Gobierno tanto por la naturaleza feminista de su tarea en sí, como por su vida personal siendo pareja de Pablo Iglesias y también por sus declaraciones e iniciativas, que la han situado incluso en la diana de un sector del feminismo por la Ley Trans.
En esta ocasión, el desencadenante de las críticas ha sido su visita oficial a Estados Unidos con el objeto de "reforzar" la "agenda feminista" y abordar los derechos reproductivos de las mujeres ahora que el país ha borrado de un plumazo el derecho al aborto. Montero ha viajado acompañada de su jefa de Gabinete, Lidia Rubio; de la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, y de la coportavoz de Unidas Podemos con cargo también en Igualdad, Isabel Serra.
Realizaron una primera parada en Washington para que la ministra se reuniese con su homóloga, Jennifer Klein, directora ejecutiva del Consejo de Políticas de Género de la Casa Blanca. También ha estado con la asistente especial del presidente de Estados Unidos sobre Justicia Racial y Equidad, Chiraag Bains, además de mantener un encuentro con Human Rights Committee "donde abordamos la sentencia del Supremo sobre el derecho al aborto, la preocupación por la salud sexual y reproductiva de todas ellas", ha explicado desde sus redes sociales, donde ha ido dando pinceladas de toda agenda:
La comitiva se desplazó después hasta Nueva York para seguir con sus reuniones, en esta ocasión con la ONU Mujeres, quienes han hablado "de nuestro país como líder en políticas feministas y defensa de los derechos de todas las mujeres", ha presumido Irene Montero, quien ha estado también con la responsable de Políticas de Igualdad y de Derechos de las Mujeres en el estado, Emily Kadar, que se prepara para recibir a miles de mujeres de otros estados que quieran interrumpir el embarazado.
"Vacaciones pagadas"
En la agenda de la ministra de Igualdad se ha incluido su encuentro con responsables de Center for Reproductive Rights, una entidad con décadas de trabajo a sus espaldad para garantizar los derechos sexuales y reproductivos. Por último, Montero y su equipo ha estado con Gloria Steinem, una eminencia de la lucha por los derechos de las mujeres que ha recibido el Premio Princesa de Asturias por ello: "Las feministas sabemos que somos porque otras han abierto camino", ha valorado.
Sin embargo, todas estas reuniones y los contactos creados por Montero al otro lado del charco han quedado totalmente invisibilizados por los miles de zascas que se han podido leer en Twitter, donde una de las fotografías del viaje se ha hecho viral para propagar la imagen de unas "vacaciones pagadas" de las que se habrían beneficiado las cuatro mujeres. Un discurso generado únicamente por dos imágenes más informales de su visita, pero que lo ha inundado absolutamente todo:
De hecho, políticas y expolíticas como Macarena Olona y Cristina Cifuentes se han querido mofar de ellas infantilizándolas desde sus cuentas por esa misma foto:
E incluso "las pijas" ha sido tendencia en la red social durante el fin de semana por comentarios como estos:
La derecha tuitera se ha esmerado en poner el foco en el selfie de Montero y su equipo en Times Square como si esa actitud más informal fuese la tónica general de un viaje oficial que no sería cuestionado de ser otros dirigentes, eminentemente hombres, los que hubiesen cumplido con su misma agenda:
Precisamente en ello se han basado los defensores de Irene Montero, como Gabriel Rufián, que ha comparado su visita con la que hizo en más de una ocasión la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso:
Y es que incluso Ayuso se tomó una foto muy parecida que no generó, en cambio, la polémica de estos días por Montero:
Un capítulo más del odio en redes que siempre acompaña a todo lo que hace la ministra de Igualdad.