Después de viajar toda la noche en tren, Pedro Sánchez llegaba este jueves por la mañana a la capital de Ucrania, visitando también Borodyanka, para reunirse con el presidente Zelenski, acompañado de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen. La visita se había anunciado la semana anterior, pero no se habían concretado fechas por motivos de seguridad y, de hecho, no se ha ofrecido la rueda de prensa en directo porque, como han explicado fuentes de Moncloa a EL ESPAÑOL, "de cualquier detalle se pueden sacar conclusiones".
Sánchez ha aprovechado su viaje para anunciar el envío de 200 toneladas de equipo militar a bordo del buque Ysabel de la Armada Española, que se encuentra rumbo a su destino, apreciando que la ayuda será "la mayor realizada hasta ahora y duplicará los esfuerzos previos acumulados" por España. También incluye un refuerzo de tropas españolas en el flanco este de la OTAN, un extremo al que ya han salido a ponerle pegas los socios de Unidas Podemos en el gobierno de coalición y ha contestado la ministra Robles con contundencia.
En la comparecencia ante los medios junto a Zelenski y a Frederiksen, Sánchez ha expresado "su apoyo al pueblo ucraniano" y a su "légítima aspiración" del país de pertenecer a la Unión Europea. Ha sostenido el presidente español que "desde Kiev, me gustaría decirle a todo el pueblo de Ucrania que no está solo. Toda Europa y creo que todo el mundo está con vosotros y contra Putin, y vamos a seguir ayudando al pueblo ucraniano hasta que alcancemos la paz".
El presidente ha compartido varias imágenes desde sus cuentas oficiales de redes sociales y una de ellas, precisamente el posado en la rueda de prensa junto a los otros dos líderes, ha servido para que Rosa Díez le haya sacado punta a su viaje oficial. Sánchez, en todo caso, no ha ocultado que "tras ver las atrocidades cometidas en Bodoryanka, se hace imperativo luchar contra la impunidad. Vamos a pedir al Tribunal Internacional que persiga e investigue esos crímenes de guerra".
Sin embargo, a Díez las palabras del presidente poco o nada le han valido, porque ella se ha fijado únicamente en que se dibuja una sonrisa en Sánchez durante el posado ante los medios, algo sobre lo que la expolítica ha querido preguntar si "¿es de diagnóstico o no?":
No obstante, parece que la intención de Díez de rizar el rizo para criticar a Sánchez por cualquier cosa no ha encajado muy bien entre los tuiteros y uno de ellos ha rebuscado en la hemeroteca para devolverle el intento de zasca multiplicado por mil. Así, ha rescatado una foto de ella besando a Fidel Castro en 1993 cuando era consejera del PSOE en el Gobierno vasco:
A este primer y rotundo zasca le han seguido muchos más, afeando que Rosa Díez se dedique a fijarse en todo tipo de detalles nimios en vez de centrarse en lo importante. También, como suele ocurrir, le han sacado a colación sus múltiples cambios de chaqueta en la política:
Seguramente Díez no haya tomado nota de estos consejos y seguirá criticando a Sánchez sobre todas las cosas.