La expresidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Cristina Cifuentes, ha dejado en evidencia al portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, Gabriel Rufián, después de que éste acusase en falso a su abogado defensor de haber asesinado a una joven en los ochenta. La chica en cuestión se llamaba Yolanda González Martín, era natural de Bilbao, pero estudiaba en Madrid, donde ejercía de líder estudiantil y militante comunista hasta que la mató la extrema derecha.
Era representante del Centro de Formación Profesional de Vallecas en la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanza Media de Madrid y también militaba en el Partido Socialista de los Trabajadores, un grupo trotskista que provenía de la Liga Comunista Revolucionaria. El 1 de febrero de 1980 fue secuestrada en su piso en Aluche a última hora de la tarde por miembros de Fuerza Nueva, destacando Emilio Hellín e Ignacio Abad, entre otros colaboradores secundarios, como el policía Juan Carlos Rodas Crespo, que se encargó de la vigilancia.
Hellín y Abad se llevaron a la chica en un coche, la maltrataron y la interrogaron antes de dispararle en la cabeza y en el brazo, abandonando después su cuerpo. Apareció al día siguiente en la carretera que une Alcorcón con San Martín de Valdeiglesias. Enterado de su muerte, Rodas Crespo, que pensaba que únicamente iban a interrogarla, denunció los hechos ante sus superiores en la comisaría de Getafe y facilitó la investigación.
"Defendió a Cifuentes"
Rufián quiso el pasado martes conmemorar la efeméride del asesinato de la joven Yolanda González desde su cuenta de Twitter, explicando que los "fascistas de Fuerza Nueva" habían asesinado a la joven "vasca y comunista". Añadía que Emilio Hellín, uno de sus asesinos confesos, "fue instructor de la Policía Nacional de 2006 a 2011 y defendió en 2021 a Cifuentes":
Hellín y Abad, en un primer momento, justificaron el asesinato en venganza del atentado de Ispáster, en el que ETA asesinó a seis guardias civiles también ese 1 de febrero, puesto que acusaban a Yolanda de pertenecer a un supuesto comando en Madrid. Sin embargo, ella había rechazado públicamente la violencia de la banda terrorista. Enviaron un comunicado a la agencia EFE reivindicando lo ocurrido en nombre del Batallón Vasco Español.
Cristina Cifuentes, no obstante, ha querido salir al paso de las acusaciones de Rufián y explicar que ella no tenía nada que ver con Hellín. Diciéndole al portavoz que "hace usted honor a su apellido" y calificándolo de "mentiroso" y "miserable", aseguró que "Hellín jamás me 'defendió' en juicio alguno, participó como perito judicial, contratado por mi abogado sin mi intervención en el juicio del 'caso máster' (en el que, por cierto, fui absuelta con todos los pronunciamientos). La pericia practicada no se incorporó a la causa":
Cifuentes terminó diciendo que Gabriel Rufián había hecho "incitación al odio, esparciendo 'gasolina' en forma de mentiras, para que después alguien encienda la mecha", acusándole de lanzar un tuit "y esconder la mano" antes de concluir diciendo que "es un cobarde, un verdadero rufián". En efecto, Hellín acabó ejerciendo de perito, tal y como confirma la expresidenta, que ha firmado uno de los zascas más sonoros al de ERC.
Lo cierto es que la vida del asesino confeso, condenado por la Audiencia Nacional a algo más de 43 años de cárcel en 1982, es digna de guión cinematográfico. Se dio a la fuga en el 87 aprovechando un permiso y viajó hasta Paraguay, donde recibió protección del régimen militar de Alfredo Stroessner, para el que trabajó. No fue hasta 1990 cuando un periodista de Interviú descubrió su paradero y fue extraditado a España.
Años después, en 2013, salió a la luz que Hellín había trabajado para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado —a través de la empresa New Technology Forensics—, instruyéndolos de 2006 a 2011 en técnicas de espionaje, rastreo informátivo y de dispositivos móviles, tal y como confirmó en su momento el Ministerio del Interior. Sin embargo, él intentó hacerse pasar por su hermano, Luis Enrique Hellín, hasta que descubrieron que se había cambiado formalmente de nombre en el 96.
La misma empresa fue contratada por la familia de Ruth Ortiz para el peritaje de los teléfonos de José Bretón y posteriormente manifestaron que desconocían el pasado criminal de Hellín. En enero de 2021 fue cuando salió a la luz que estaba actuando como perito contratado por la defensa de Cifuentes; pero hasta ahora la popular no había tenido la ocasión de dar explicaciones de una forma tan contundente.