Tras los terraplanistas, los negacionistas de la Covid-19 y, más recientemente, los que han llegado a negar la existencia del clítoris, llegan ahora a nuestras vidas los dinonegacionistas, una surrealista comunidad que no se cree que los dinosaurios hayan existido. El divulgador y reportero Tamayo les ha dedicado un hilo que está teniendo muy buena acogida en Twitter y ha sorprendido a no pocas personas, que vivían felices completamente ajenas a este colectivo.
Argumentan estos negacionistas de los dinosaurios que estos animales prehistóricos no son más que un invento, que no hay sustento científico suficiente, y los hay incluso que van más allá pensando que se trata de un invento del Estado para encubrir otras formas de vida que no nos han querido desvelar. En Estados Unidos han llegado a hacer protestas masivas contra el sistema educativo que les enseña a sus hijos su historia, para ellos falsa.
Consideran que los fósiles de dinosaurios son falsos y fueron creados para atacar la fe cristina. Sí, en efecto, muchos de los dinonegacionistas son ultracatólicos del conocido como Cinturón de la Biblia, ubicado en el sureste de EEUU. Sin embargo, estas no son las únicas teorías que maneja esta gente, tal y como ha desgranado Tamayo en un hilo que va camino de llegar a las 10.000 reacciones:
En este caso, además del tema religioso, el autor explica que también han señalado a los masones como culpables de haber creado el mito de los dinosaurios para ir contra la creación que se relata en el Biblia e incluso enumera uno de los argumentos que ha tomado más relevancia de esta conspiración:
En efecto, el tema de la reproducción de los dinosaurios es un dilema, como reconocen los expertos, pero eso no significa que décadas de trabajo científico en este sentido no hayan demostrado de sobra su paso por la Tierra:
Además, como recuerda el autor, la presencia de restos de dinosaurios de corta edad es otra evidencia más:
En todo caso, Tamayo ha abordado el tema con más profundidad en su podcast:
No obstante, esta primera aproximación ya ha servido para suscitar cientos de comentarios al respecto, como estos:
Cabe recordar que la primera pista documentada que la existencia de los dinosaurios fue un diente que el profesor de Geología, Willian Buckland, encontró en 1824 en una cantera de pizarra de Oxfordshire, Reino Unido.