La actriz Anabel Alonso se ha labrado una fama de lanzarse a la batalla en las redes con más ímpetu que cabeza. Es fácil encontrarla de polémica en polémica, dando réplica a los adversarios ya sean personalidades del mundo de la comunicación o tuiteros de a pie. Y batallas no le faltan, especialmente desde que se convirtió en uno de los arietes mediáticos contra los partidos conservadores.
Uno de sus objetivos predilectos es el acuerdo PP-Ciudadanos para gobernar en Madrid con el beneplácito de Vox, que ya le costó enredarse en una maratoniana discusión sobre si el término "vicealcaldesa" existe o se creó ad hoc para Begoña Villacís. Una disputa breve porque el cargo está recogido tanto en la RAE como en el Reglamento, lo que no llevó a que Alonso reconociera su error: tratándose de Twitter, se despidió troleando.
La última controversia, sin embargo, ha sido incluso demasiado para ella: tras los tristes acontecimientos de la manifestación del Orgullo y el escrache a Ciudadanos, Alonso advirtió al partido que "las acciones provocan reacciones". Es la misma terminología que usaba ETA para amenazar con represalias, por lo que optó por borrarlo aduciendo que la estaban "tergiversando". No obstante, la captura fue recogida y difundida.
Ahora, seguir el rastro de las peleas individuales de la actriz es tarea ingente, porque no deja una sin entrar al trapo. A un usuario que la acusó de "ególatra faltón", contestó: "Qué faltón más gordo". La réplica podían interpretarse como un insulto al físico del tuitero, y así se lo hicieron saber.
En plena crispación, un detractor le sugirió calmadamente lo que muchos pensarían a estas alturas: que a la intérprete le convendría soltar el móvil y tomarse "un descanso mental" para "reflexionar" sobre si su tiempo no podría emplearse mejor. La respuesta de Alonso fue mofarse del anónimo tuitero por tener pocos seguidores. Y es que en las redes, si no eres influencer, no eres nadie.
Pero las cifras las carga el diablo. Entra en escena Pastrana, el tuitero célebre por ser la bestia negra de Gabriel Rufián y no dejarse intimidar ni cuando sus redes afines le sacaron del anonimato.
Mientras tanto, el tuitero de los '12 seguidores' al que ridiculizó Alonso ya suma más de 5.000 después del encontronazo.