Hay pocas cosas más prodigiosas que un político en campaña electoral. Durante esos días intensos de viajes, ruedas de prensa, entrevistas, debates y baños de multitudes llegan a creerse una especie de superhéroes capaces de salir airosos de todas las batallas y convencernos de que solamente ellos podrán solucionar nuestros problemas.
Quizás por ello, por esa realidad mágica en la que viven inmersos al estar rodeados de acólitos, no miden la temeridad de sus discursos y se lanzan a la piscina sin haber calculado si el agua es suficiente para no pegarse un porrazo. No obstante, gracias a su imprudencia, cuando se muestran las cartas que salen de las urnas, nosotros podemos tirar de hemeroteca para corroborar que a muchos les hubiera gustado decir "Diego" donde dijeron "digo".
Inevitablemente, el repaso por esta Maldita tuitoteca comienza con el líder de los populares, Pablo Casado, el más perjudicado tras la debacle de su partido en el 28-A. El sustituto de Mariano Rajoy se hartó de pedirle a Sánchez que convocara elecciones, seguro que de que iba a salir vencedor. No calculaba entonces, parece, la fragmentación del voto de la derecha con la irrupción de Vox y la subida de Ciudadanos:
Con las elecciones convocadas y la campaña en marcha, irrumpe el conocido como CIS de Tezanos, el pronóstico del Centro de Investigaciones Sociológicas que dirige José Félix Tezanos y que muchos despreciaron abiertamente al darle una holgada victoria al PSOE y un bajón considerable al PP, como finalmente sucedió.
Las burlas con el sondeo, que muchos tacharon de manipulado, no cesaron e incluso llegaron a los atriles. Casado, al referirse al barómetro, no hablaba de CIS, sino de "cistitis de Pedro Sánchez". Ahora sabemos que acertó de pleno sobre la proporción PSOE/PP:
Su secretario general, Teodoro García Egea, también hacía escarnio con el pronóstico e incluso se atrevía a menospreciar a "actores secundarios" como Ciudadanos y Vox, apelando a que la derecha aglutinase el voto en torno a su partido. Nuevo fallo de cálculo:
No hay que olvidar que antes del famoso CIS de Tezanos, algunos medios de comunicación difundían las predicciones del periodista Francisco Carrera. La credibilidad de sus cálculos, que no respondían en ningún caso al método científico, se basó en su acertada predicción de la subida de Vox en las andaluzas.
Por eso, muchos creyeron que la formación de Santiago Abascal podría llegar a los 73 escaños en el Congreso convirtiéndose en la tercera fuerza:
Y entre esos muchos también estaban los integrantes de Vox, que se las presumían muy felices al imaginar su irrupción en las cortes con ese elevado número de diputados.
Quizás por eso, el vicesecretario de Relaciones Internacionales de la formación, Iván Espinosa de los Monteros, se dejó llevar por la euforia y antes de la votación quería ver "esas caritas del domingo", anticipando "lo que vamos a disfrutar con los progres":
A otros, como al secretario de Comunicación de Podemos, Juanma del Olmo, no le hicieron falta ni las encuestas ni los pronósticos para venirse arriba. A mediados de febrero ya vaticinaba que Unidas Podemos iba a ser la fuerza más votada.
Después del domingo y habiendo perdido 1,5 millones de votos, ni siquiera Del Olmo ha logrado sacar escaño:
¿Y ahora qué? Pues parece que tras el baño de realidad tenemos que tirar de nuevo de refranero con aquello de "consejos vendo y para mí no tengo". Cuando el derrotado es el otro, rápidamente salen los vencedores a exigir responsabilidades y dimisiones, pero cuando la pelota está en su tejado, la cosa cambia:
Quizás ahora, viéndose de nuevo, se rasguen las vestiduras. Sin embargo, en La Jungla predecimos -sin miedo a equivocarnos a pesar de basarnos en la pura intuición-, que todos ellos (y los que quedan) volverán a caer en un futuro, no muy lejano, víctimas de sus propias palabras.
[Más información: Solo Casado sigue a Santiago Abascal: las relaciones íntimas en Twitter de los candidatos al 28-A]