José Robles se subió al escenario de la segunda entrega de Got talent en su silla de ruedas y empezó a contestar a las preguntas del jurado ayudado por su asistente de voz. El canario de Santa Cruz de Tenerife y 49 años está diagnosticado de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) desde hace cuatro, pero saber que su vida va a ser corta, lejos de amargarle, le ha empujado a disfrutar de cada instante.
Así que ahí estaba él, frente a Risto Mejide, Paz Padilla, Edurne y Eva Isanta, dispuesto a cosechar risas con su monólogo y a pasar a la siguiente fase del concurso de talentos de Telecinco. "El humor es parte de mí, me corre por las venas", explicó antes de comenzar, añadiendo que "a todo le saco el lado divertido, la vida es más bonita con humor".
José bromeó con el "montón de ventajas" que tiene ir por el mundo apostado en una silla de ruedas -como colarse en la cola de Primark-, e incluso se cachondeó de las Paraolimpiadas y de personas con discapacidad. De hecho, confesó la última jugarreta que le hizo un "amigo cabroncete": dejarlo en mitad del paseo marítimo con la gorra en las rodillas y cinco euros, como si estuviera pidiendo limosna. El público reía a carcajadas.
"No me puedo permitir tener malos momentos"
Cuando finalizó su repertorio de chistes, José se puso algo más serio para reflexionar en alto sobre lo que había supuesto para él "saber que me voy a morir pronto". El canario aseguró que "no me agobia y me hace vivir más feliz porque no me puedo permitir tener malos momentos. No tengo tiempo para perderlo en boberías, por eso elijo ser feliz cada instante que me regala el reloj".
Su mujer, María José, de la que había dicho antes que era "el gran amor de mi vida que ahora es mis pies, mis manos, mi todo" subió junto a él al escenario para escuchar el veredicto de un jurado que, visiblemente emocionado, no pudo evitar felicitarle por su "filosofía de vida":
Incluso Risto, que no es sospechoso de ser el hombre más sentimental del mundo,quiso hacer mención a "aquellos que acompañan, a los que cuidan", y argumentó: "Ojalá todos tengamos en la vida a alguien que nos mire como te está mirando ella a ti". Jose, replica, irónico: "No todo el mundo tiene a un maromo como yo". Y es que el canario ya lo había advertido antes: "Soy cabroncete desde chiquitito".
Con el sí unánime de los jueces, después de advertirles que ya tenía preparado un segundo monólogo por si llegaba a la siguiente ronda, José se retiró emocionado del escenario anunciando que se iba derecho a tomarse unos gintonics con los amigos que lo habían acompañado desde el público. Todos ellos, con camisetas en las que se podía leer: "La ELA existe, conócELA".
900 nuevos casos al año
En España, al menos una persona de cada 400 u 800 tendrá ELA, según los datos recopilados en 2018 por la Sociedad Española de Neurología. Esta enfermedad afecta a unas 3.000 personas en nuestro país y se diagnostican cada año unos 900 nuevos casos. Se trata de la enfermedad neuromuscular más común y la tercera neurodegenerativa, por detrás de la demencia y el párkinson.
Desde su creación en 1990 la Asociación Española de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ADELA o adELA) ayuda a las personas afectadas y a sus familias para mejorar su calidad de vida. Uno de sus frentes de batalla es la visibilidad de esta patología, un objetivo al que José ha contribuido de la mejor manera posible.
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