Cuenta la leyenda que una aguadora segoviana estaba exhausta después de arrastrar el cántaro por las empinadas calles de la ciudad cuando se le presentó el diablo para ofrecerle un trato. Ella le daría su alma si antes de que cantara el gallo el agua llegaba hasta la puerta de su casa. La joven no tardó en arrepentirse y rezó todo lo que pudo. Al amanecer, y con solo una piedra del acueducto por colocar, el diablo perdía su apuesta y la chica lo confesaba todo. Los segovianos rociaron entonces su nueva infraestructura con agua bendita y la recibieron encantados.
Esta es el famoso relato popular que busca explicar el origen de una de las obras de ingeniería civil romana más famosas del mundo, el acueducto de Segovia. Y también es el mito que ha inspirado al Ayuntamiento de la localidad para planear la ejecución de un nuevo proyecto que no ha gustado demasiado a sus vecinos: quieren instalar una estatua del diablo en pleno casco histórico. Así lo aprobaba el pasado octubre la Junta de Gobierno Local alegando que la figura atraería turistas a zonas menos transitadas del centro.
Con lo que no contaban era con las protestas vecinales, que han llegado a las portadas de los principales medios internacionales. Y es que no a todo el mundo le ha parecido una idea brillante la instalación de la figura del demonio para que la gente se haga sus selfies. Recoge El Confidencial que se trata de una escultura que todavía no está fundida, pero que mediría 80 centímetros de alto y estaría inspirada en la que existe en la ciudad alemana de Lubeck. Eso sí, el diablillo segoviano será mucho más moderno y vendrá con un smarthphone incorporado, como hecho a nuestra imagen y semejanza, costando unos 9.000 euros.
Ofensa a los sentimientos religiosos
Eso sí, tendrá que superar la oposición popular que lideran Marta Jerez y Esther Lázaro, las responsables de la Asociación San Miguel y San Frutos, una entidad creada para lograr que el Ayuntamiento dé un paso atrás y reconsidere su proyecto. Este jueves han entregado más de 12.500 firmas recogidas en Change.org y por otros medios, a la vez que esperan la resolución del Juzgado de lo Contencioso Administrativo a donde han acudido pidiendo la anulación del acuerdo de la Junta de Gobierno.
"Hay mucha gente en la ciudad que no quiere tener una estatua al demonio en plan gracioso, es algo que hiere nuestros sentimientos religiosos", explican ambas al mismo medio, añadiendo que "les parece un chiste muy cómico, pero no sé si les haría tanta gracia poner una estatua de un símbolo de la ciudad como el cochinillo al lado de una mezquita". Insisten, además, en que se trata de una propuesta "hortera y fea".
Desde Segovia a The New York Times
La historia del polémico diablillo segoviano tenía todo de cara para hacerse viral y así ha sido. Recogen en El Norte de Castilla que la noticia está apareciendo en medios de todo el mundo y el autor de la escultura, José Antonio Abella -un médico jubilado que no cobrará por la obra-, está "desbordado" e incluso ha tenido que atender a un corresponsal de The New York Times para hablar del asunto. La alcaldesa, Clara Luquero, se frota las manos con esta "campaña turística" gratuita que hará de la estatua un "éxito seguro".
Porque, sin haberse gastado ni un euro en publicidad, Segovia ha salido en BBC News, en el neozelandés Stuff, y en varios periódicos turcos y sudafricanos. También la Fox News, la taiwanesa DQ-Yam o el diario británico The Guardian le han dedicado un espacio en sus páginas. Así como la revista norteamericana Time y el inglés Daily Mail hablan de la controvertida estatua del demonio haciéndose un selfie.