Qué pedazo de invento la máquina de vending, ese habitáculo de frontal transparente que está abierto las 24 horas del día y de la noche solo para satisfacer nuestros caprichos puntuales. Es hablar de máquina expendedora para que nos venga a la cabeza la imagen de una máquina de refrescos, de galletas, de artículos de higiene o, incluso, de accesorios para el móvil. En España se está popularizando el vending de multitud de tipos de producto, pero, por extravagante que estos sean, jamás estaremos a la altura de Japón.
La pasión que sienten los japoneses por las máquinas de vending traspasa cualquier límite de la razón. No solo están por todas partes para ofrecer al desamparado un trago de agua o de refresco en lata, también ofrecen comida caliente, bebidas preparadas a esa misma temperatura, juegos, juguetes coleccionables... Forman parte del paisaje urbano, aunque también resulta posible encontrarlas a las afueras de un pueblo perdido o en mitad de la carretera, sin un edificio cerca que dé una pistas de a quién pertenece la máquina. En Japón han vuelto del futuro. Y rellenaron sus máquinas expendedoras con los productos más extraños y extravagantes que uno podría imaginar.
Un ejemplo de lo omnipresentes que son estas máquinas en el panorama japonés son las fotos de Eiji Ohassi, un japonés nacido en 1955 en la isla de Hokkaido que ha recorrido el país nipón retratando las más variopintas máquinas de vending. Sus maravillosas fotografías sorprenden y sobrecogen a partes iguales: por extraño que nos parezca a los occidentales, estos comercios automáticos pueden sobrevivir intactos sin que haya nadie dedicado a su vigilancia.
Quien viaja a Japón se queda sorprendido con la enorme presencia que tiene el vending en las calles y locales del país. Como comenta mi compañero Daniel Salas, "Es una locura, están en TODAS partes. Hasta en pueblos remotos en la montaña donde llegar es difícil. Y hay una en cada esquina, es de locos".
Ahora bien, hasta cierto punto podría parecer normal que existan máquinas de refrescos, comida, bebidas calientes, juguetes o productos de higiene personal porque, al fin y al cabo, es lo que vemos en España, pero en Japón van un paso más allá (o varios) al ofrecer venta directa de cualquier producto a través de la mampara de cristal. Y cuando digo cualquier producto es tal que así: cualquier producto. Lo bizarro en Japón es hasta normal.
Gashapon: el coleccionismo de miniaturas llevado al límite
Los Gashapon son muy populares en Japón: ofrecen todo tipo de juguetes y objetos que se pueden coleccionar. Suelen ser miniaturas relacionadas con el sinfín de series de anime y manga que se distribuye en el país. Por lo general basta con insertar monedas (de 100 a 300 yenes), girar una manivela y obtener una bola de plástico con el regalo en su interior. Este tipo de máquinas también puede encontrarse en España: basta con acudir a las tiendas especializadas en cómics y cultura japonesa.
Expendedor de flores
¿Que tienes un compromiso y no te acordaste de reservar un ramo de flores? No hay problema si tienes unas monedas a mano: puedes recibir un ramo al instante y sin esperas. Esta máquina habrá salvado más de un aniversario.
Máquina de vending para huevos
Deambular con el coche por cualquier carretera de Japón regala innumerables experiencias, como encontrarte con una máquina de vending que ofrece huevos frescos a todo aquel que inserte unos yenes.
Venta de souvenirs
Los lugares de interés cultural o natural siempre tienen un gran afluente de visitas, tanto en horario comercial como fuera de dicho horario. Así que, dado que los souvenirs son una buena fuente de beneficio, en Japón hay máquinas de souvenirs para que cualquiera pueda llevarse su recuerdo incluso a las tres de la madrugada.
Máquina expendedora de juguetes
Igual que con las flores, en Japón también hay máquinas que solucionan ese regalo de última hora para los niños. Y no hablo de Gashapon, que también podría valer, sino de máquinas con juguetes como Lego, patinetes o muñecos de acción.
Máquinas expendedoras de bragas
Las máquinas expendedoras de bragas no son algo extraño ya que se dirigen a un tipo de público fetichista que busca todo tipo de objetos íntimos femeninos. Pueden vender esos artículos en forma de Gashapon (bola de plástico con objeto en el interior) y también exponerse en una vitrina, como en las máquinas de vending habituales. Un aspecto curioso es que existían máquinas con bragas usadas, como reflejaba Kirai en 2009. Este tipo de venta dejó de ser legal, por lo que la ropa interior que puede encontrarse actualmente no es realmente usada, sino manufacturada para que dé esa impresión de uso. En Japón está prohibido vender ropa interior usada a menores de 18 años, por lo que una máquina de libre acceso con ese tipo de producto no tiene cabida.
Máquina de vending con escarabajos vivos
Los escarabajos llevan tiempo siendo una moda en Japón, especialmente entre los niños. Los más populares son los escarabajos rinoceronte, un tipo de coleóptero que se caracteriza por tener cuernos en la cabeza. Dado que suelen coleccionarse, también existen máquinas de vending que los distribuyen.
Remato el artículo con algunos datos sorprendentes sobre la cultura del vending en Japón. Este país es el que más máquinas de este tipo posee. En total, hay más de 4 millones (datos de 2017 de la Asociación Japonesa de Fabricantes de Máquinas Expendedoras). Teniendo en cuenta que viven en el país algo más de 126 millones de personas, esto hace que haya una máquina de vending por cada 29 personas. Se estima que las máquinas de vending expenden artículos por valos de más de 60 000 millones de dólares al año.