El milenarismo ha llegado. Bueno, todavía no del todo, pero el futuro está aquí en forma de máquinas que se convierten en actrices porno. Tarde o temprano iba a suceder y ha sido la empresa Private Media Group la que ha dado el paso.
La protagonista es Lumidolls, una sexbot que ya forma parte del elenco de una película para adultos de 28 minutos. El argumento, o lo que sea que conduce las escenas, nos presenta a un hombre (Dorian del Isla) y a su novia (Sofía Curly) teniendo sexo con el robot en un burdel de Barcelona.
Uno de los responsables de Private, Patrick García, declaró a The Sun que "fue un poco irónico, pero divertido de hacer", asegurando que "el reparto se divirtió mucho". Del Isla dijo que había sido una experiencia "loca y divertida", mientras que su compañera insistió en que era como "ver el futuro".
"Esto va a ser algo grande", coinciden los dos actores. De hecho, los robots sexuales están ganando popularidad en todo el mundo. En los principales portales online de contenido erótico y pornográfico ya cuentan con vídeos específicos de estas máquinas sexuales.
Sexo con muñecas al alza
En la ciudad italiana de Turín acaba de abrir sus puertas un exitoso burdel que ofrece sexo con muñecas de silicona. Recoge EFE que ya ha agotado sus reservas hasta finales de octubre y ha tenido que prolongarlas hasta comienzos de 2019.
Uno de los propietarios, Chris, asegura que "estamos muy felices, las peticiones llegan de diez en diez, no habríamos imaginado este entusiasmo". Detrás de este club de muñecas eróticas está la empresa catalana Lumidolls, que ya había abierto establecimientos muy parecidos en Barcelona y Moscú.
Eso sí, el lugar no se localiza fácilmente. Solamente si eres cliente recibirás su ubicación por móvil o correo electrónico un día antes de tu noche loca con Leona, Syndy, Eva, Molly, Kate o el muñeco masculino Alessandro. Sus servicios cuestan 80 euros por media hora, 100 euros la hora y 180 por dos horas.