Los años pasan y las horteradas permanecen impertérritas en nuestras cabezas. Es increíble la capacidad de nuestro cerebro para almacenar todo tipo de información absurda que sacamos a relucir, orgullosos, en las reuniones informales, como si fuésemos a ganar por ello el último quesito del Trivial.
[Ponte a prueba: ¿Cuántas de estas canciones de verano con nombre de mujer recuerdas?]
La música lleva acompañándonos toda una vida y la canción del verano persiguiéndonos, al menos, desde los años 70, cuando la industria discográfica entendió que un ritmo pegadizo insuflado en la radiofórmula estival nos iba a llegar tan adentro que necesitaríamos someternos a una lobotomía en septiembre.
No fallan, las canciones nos recuerdan lo viejos (y lo jóvenes) que somos aunque intentemos esquivar la cuenta. Si eres de los que recuerdas la mayoría de los hits que ponen en Cachitos, despídete, la cuenta atrás ha comenzado. Y es que un día eres joven y al día siguiente estás tendiendo la ropa y cantando Un rayo de sol.
"¿Quién canta esto?"
Cuando desempolvamos algún temazo y hay gente más joven que nosotros delante se abre la caja de Pandora. Una cosa más o menos así:
Pero estamos en verano, un tiempo para el salitre y la nostalgia, así que ¿por qué no lloramos todos juntos por la juventud perdida recorriendo aquellas canciones que oíamos en bucle en nuestras vacaciones?
Tranqui, no eres ni millennial
Luis Fonsi y Daddy Yankee nos metían su Despacito hasta en el gazpacho el pasado verano. Antes había sido el Duele el corazón de Enrique Iglesias y Wisin y en 2015 la famosísima El taxi, de Osmani García, Pitbull y Sensato. ¿Todas fáciles, no?
Llegamos a 2014 y el Happy de Pharrell Williams, en 2013 el Get lucky de Daft Punk y en 2012 el Gol (No hay dos sin tres), de David Bisbal y Cali y el Dandee. En el remotísimo 2011 encontramos la incombustible Danza Kuduro (Don Omar y Lucenzo) y ya en 2010, ojo que a lo mejor no te acordabas, el Waka Waka de Shakira que nos dio suerte en el Mundial.
Empiezas a no ser tan joven
En 2009 otra vez una cerveza nos colaba lo del verano idílico y la música de su spot, Summercat de Billie The Vision & The Dancers, sonó hasta que se acabó la depresión postvacacional. El año anterior siempre será recordado por la dichosa Colgando en tus manos de Carlos Baute y Marta Sánchez. Ese videoclip grabado a fuego, esas canciones de 4.40. Esa piruleta.
Shakira triunfaba en 2007 con Las de la intuición, pero es que el año antes lo petaba El Koala con Opa, yo viazé un corrá (pueden leer mi apellido y hacer cábalas con mis traumas gracias a este hit). En 2005 La camisa negra de Juanes, en 2004 el Dragostea Din Tei de O-Zone -siempre recordada por la versión de Los Morancos-, y en 2003 todos los padres españoles fueron Papi Chulo (Lorna).
Las Ketchup nos dejaron en 2003 el Aserejé (y su bailecito) en herencia, en 2001 Sonia y Selena marcaban un hito con Yo quiero bailar y en 2000 fue Raúl y su Sueño su boca (y sus camisas de brillo) el que triunfó en todas las verbenas.
Deberías de haber cotizado al menos 10 años ya
Esta década no se medía en años, sino en Boom! -los discos recopilatorios más escuchados de la historia de nuestro país-. La veda la abría Lou Bega y su Mambo nº 5 en el 99, pero antes había reinado Ricky Martin con La Copa de la vida (otro Mundial). La flaca de Jarabe de Palo marcó 1997 y Bailando, de Paradisio, el anterior.
En 1995 se gestó uno de los temas más eternos del verano: La Macarena, de Los del Río. Que todavía volvió tiempo después cuando la descubrió todo el mundo y nos la volvimos a comer con patatas. El año anterior, el 94, había sido La Barbacoa de Georgie Dann (otro clasicazo); en el 93 El tiburón de Proyecto Uno; en el 92 el Tractor Amarillo de Zapato Veloz y en 1991 All my loving de Los Manolos (antesala de los Juegos Olímpicos).
Comenzaba la década otro mito hecho canción: Ójala que llueva café, de Juan Luis Guerra y 4.40. Espera, ¿4.40? ¿de qué nos suena eso? Ah sí, Carlos Baute y Marta Sánchez, again.
Podrías haber sido abuelo ya
Entramos en los ochenta, esa época de la que los españoles no acabamos de despedirnos nunca. Pues bien, preparaos para alucinar porque la mayoría de las canciones del verano de entonces se siguen escuchando en bucle hoy en día.
En el 89 triunfaban The Refrescos con Aquí no hay playa, en el 88 el Gimme Hope Jo'Anna de Eddie Grant y en el 87 Voyage Voyage de Desireless. Ojo al 86 y La puerta de Alcalá de Ana Belén y Víctor Manuel (sí, es de 1986, no has leído mal, pureta) y al 85 con Georgie Dann de nuevo y El africano (te ayudamos con un verso: "mami qué será lo que quiere el negro").
En el 84 Radio Futura abría su Escuela de Calor para no cerrarla nunca más, Righeira y su Vamos a la playa triunfaban en el 83, el mítico Bailando de Alaska y Los Pegamoides lo petó en 1982 y María Jesús y su acordeón hicieron lo propio con Los pajaritos en 1981. Lipps Inc. abría década con Funkytown.
Pide plaza en un geriátrico
Vale, talludito, lo cierto es que nadie te va a quitar la razón. Probablemente sí, la calidad musical de los temas del verano (si alguna vez existió) ha ido mermando con los años. Por eso, aunque muchos todavía no fuésemos ni un proyecto, recordamos el Gloria de Umberto Tozzi (1979) y la mítica Vivir así es morir de amor de Camilo Sesto (1978).
Seguramente hayamos pedido más de una vez (o de mil) alguna de Raffaella Carrà (Fiesta fue la banda sonora del verano de 1977), o recordemos el ¿Qué pasa contigo, tío? de Los Golfos y El bimbó de -ojo triplete- Georgie Dann. En 1974 todos iban a La fiesta de Blas con Fórmula V y en 1973 Eva María (del mismo grupo) empezaba a ir a buscar el sol en la playa.
Fórmula V -ojo otro triplete- endulzó el 72 con Vacaciones de Verano, el 71 fue de Tony Ronald y Help (ayúdame). Y, al fin, Los diablos nos enseñaron Un rayo de sol en 1970, destapando la fórmula del éxito estival en un país donde cada vez es más difícil saber cuál es la canción del verano. Deberíamos de abrir el debate, pero si es en el chiringuito, mejor que en Twitter.