Hay pocas cosas que generen más pánico que una madre ordenando tus cosas. Esa naturalidad con la que abren bolsas, cajones y armarios, como si nada de lo que pudieras guardar en ellos pasada la pubertad fuese muy distinto a los Action Man y Barbies que tenía de pequeño. En ocasiones el resultado es catastrófico, en otras simplemente delirante.
El segundo es el caso de esta chica de Cambridge. Tras pasar unos días con su familia, volvió a la universidad y entró en pánico al descubrir que su dildo no estaba en la bolsa. Recordó que había vaciado el contenido sobre la mesa de su cuarto, por lo que debía estar allí, a la vista de una madre que, inevitablemente, entraría a recoger.
Tiempos desesperados, medidas desesperadas: decidió escribir a su hermano y pedirle que pusiera su juguete a buen recaudo:
"¿Estás en casa? Necesito que guardes una cosa, estoy segura que está en mi mesa, que es donde la dejé. Lo siento, es un dildo. Lo siento. Esto será divertido de aquí a un año, pero no lo es ahora". Por desgracia, Chris -que más tarde compartió las capturas de la conversación en los grupos de LadBible- no estaba en casa. "Es 100% seguro que lo ha encontrado".
Pero la historia dio un giro completamente inesperado cuando Chris volvió a casa esa noche y entró en la habitación de su hermana para ver si había suerte. Lo que vio es difícil de describir.
Por alguna razón, la mujer colocó el vibrador junto a sus lápices y bolígrafos, como si fuese material universitario de lo más standard. "Qué... ¿qué cree que es?", preguntó ella. "Acabo de llegar a casa y parece que lo ha puesto junto a los lápices...".
La reacción de la muchacha, después de todo el día de tensión fue de esas risas que ponen tu vida en peligro por falta de aire. "Estoy histérica, no puedo respirar. No puedo parar de reír, Dios mío". "No sé qué parte de todo esto es más divertido", comentó el hermano que si ya debía estar riéndose al ver que su hermana se dejó un vibrador sobre la mesa, tuvo que ver como su madre lo confundió con ¿un rotulador?. "Simplemente lo ha cogido como si nada y lo ha puesto ahí".
La chica entonces le explicó que había hablado con su madre un rato antes. "Me ha llamado para preguntar si había llegado bien y le he preguntado si había ordenado mi habitación. Me ha dicho que no había mucho que ordenar, que solo ha pasado la mopa por el suelo y yo me he quedado como... 'ummmmm'".
El juguete se pasó una semana allí, hasta que Chris decidió que era hora de guardarlo en un sitio un poco más privado. "Creo que nuestra madre genuinamente lo confundió con una goma de borrar", explicó.