Philip K. Dick, en su novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? -llevada al cine después por Ridley Scott en la mítica Blade Runner-, denominaba replicantes a los seres artificiales que habían sido creados a imagen y semejanza de los humanos en su físico y en su comportamiento, siendo solamente distinguibles de nosotros sometiéndolos a un test que desvelaba que su empatía era prácticamente inexistente.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se reunían este viernes sellando un histórico encuentro en la frontera entre ambos países con el objetivo de albergar previamente la cumbre en la que se tratará una posible desnuclearización del régimen de Pyongyang.
Lejos de las imágenes más serias e icónicas, a nadie le ha pasado desapercibida la carrerita que protagonizaron una docena de escoltas alrededor del coche del norcoreano durante el trayecto que le conducía a la frontera. Perfectamente combinados y trajeados, su trote fue calificado como "hipnótico" por no pocos espectadores.
Después de Kim Jong-un cruzara la alfombra roja y posara para los fotógrafos, los guardaespaldas lo acompañaron de nuevo al otro lado de la frontera para almorzar. Eso sí, siguiendo escrupulosamente la misma formación rítmica.
La agencia de noticias AFP fue la que informó de que cada uno de los escoltas había sido elegido "por su estado físico", sus habilidades en las artes marciales e, incluso, por su apariencia.
Todos ellos lucen, además, el mismo peinado de su amado líder, el conocido como estilo high-top. Suponemos que eso también les habrá dado puntos para formar parte de la guardia imperial.