A las personas nos encantan las historias de ascenso y caída, como Scarface o Wall Street. Es uno de esos relatos universales que nos recuerdan que el éxito es fugaz y que lo que fácil viene, fácil se va. En los últimos meses estamos viviendo el hundimiento de la pareja formada por Silvia Charro y Simón Pérez, más conocidos como los hipotecos fijos.
El 14 de diciembre, Simón era director de la Escuela Internacional de Administración y Finanzas y su mujer trabajaba en la inmobiliaria Engel & Volkers. Ese día se viralizó el ya célebre vídeo de Periodista Digital sobre las hipotecas fijas en el que apenas podían mantener la verticalidad.
Ambos fueron despedidos en pocas horas. Desde entonces han tratado de explotar su fama viral al máximo. "Cuando veo que llevamos dos semanas sin salir en los medios pienso a ver qué gamberrada podemos hacer", confesó Simón en una entrevista. "Total, el prestigio no lo vamos a recuperar", así que, de perdidos, se han tirado de cabeza al río.
Tras renunciar a su posibilidad de redención han explotado al máximo su canal de YouTube y su Instagram para tratar de mantenerse en el ajo. La última fue tatuarse el logo de Forocoches -donde comenzó su fama- por 200€. Ahora han dado un paso más.
La idea de que la historia de estos dos culminaría en un vídeo sexual "filtrado" era recurrente desde el minuto uno de su vorágine. Hoy su viaje hacia Pornhub está un poquito más cerca. Y es que en una emisión en directo, decidieron dar un paso más en la explotación del patetismo simulando la práctica de sexo oral a cambio de dinero.
Ellos aseguran el acto es real, aunque las posibilidades de que sea real son similares a las del máster de Cristina Cifuentes.
En otro segmento, eliminado por YouTube, es él quien se mete debajo de la mesa para devolver el acto.
Además, se rapó al cero por 110€ en un directo de casi cinco horas:
Pero tal vez no debamos sorprendernos viendo las declaraciones que hizo en Intereconomía antes de su espiral descendiente, en la que aseguraba que por dinero haría lo que sea:
Aunque quizá no imaginaba que haría ver que le hacen una felación en YouTube por 20€. Y lo peor es que hay gente que les paga para verles hacer estas cosas, como quien tira cacahuetes a un mono.