Una lacra social como es el acoso escolar requiere que todos nos impliquemos para ponerlo contra las cuerdas. No son pocos los adolescentes que se han llegado a quitar la vida después de un tiempo sufriendo bullying y son muchos los que siguen sufriéndolo a diario.
La comunidad educativa trabaja para que sean los propios chavales los que velen ahora por el respeto en las aulas y las llamadas 'patrullas escolares' de multiplican. Por eso nos chirría especialmente el caso de Emily Gibson, una estudiante que ha sido expulsada por grabar un vídeo condenando el bullying.
Emily estudia en el instituto Lebanon, en Tennessee, y el pasado 22 de enero decidió subir a su canal de YouTube un vídeo en el que ella misma criticaba el acoso que sufría en su centro. "Bienvenidos a Lebanon High School, donde las sonrisas son falsas y el suicidio es algo de lo que reírse", decía.
"¿Cómo voy a ser feliz?"
Los dardos de Emily iban dirigidos a sus compañeros, que se habrían tomado a broma la campaña Stop It que emprendió la escuela de Wilson, donde una menor se suicidó a causa del acoso escolar. Pero tampoco se quedó corta con el resto de la comunidad escolar.
“Los carteles dicen 'sonríe' y 'sé feliz', pero ¿cómo se supone que soy feliz en un mundo, no, en una comunidad, donde la creatividad es sofocada, donde las personas que se burlan de los demás nunca son castigadas porque 'no hay pruebas' o no hay nada que podamos hacer al respecto o, mi favorito, 'los niños tienes que ser niños?”, explica.
Incita a la violencia
Emily termina diciendo que "se espera que vengamos a esta prisión emocional todos los días, y se espera que perdonemos a los agresores porque los profesores están seguros de que no lo quisieron decir. A veces me pregunto cuántos niños se necesitan muriendo para que sea diferente”, afirma, señalando directamente a los profesores.
La reacción del instituto ha sido la expulsión de Emily durante dos días por considerar que su mensaje “incita a la violencia”, recoge la FOX. El director, Scott Walters, ha declarado que el motivo principal del castigo fue que ella grabó el vídeo en un aula sin el permiso de sus profesores, a pesar de que Emily afirmó que sí lo había obtenido.
Walters confiesa que el vídeo hirió sus sentimientos y también los del resto de profesores, pero que también se mostraron molestos otros estudiantes y sus padres. El abuelo de Emily, que también es su tutor, confesó en cambio sentirse orgulloso de su nieta.
“La aplaudo por tomar una postura. Ella habla en contra de algo que obviamente es un problema en la sociedad actual, especialmente en las escuelas”, manifestó.