La Policía de Reino Unido todavía tendrá que pulir su nueva herramienta para rastrear pornografía en los ordenadores que incautan a los presuntos delicuentes.
Los algoritmos que emplea la nueva IA que está testando la Policía Metropolitana de Londres para detectar pornografía infantil hace saltar las alarmas cuando se topa con una fotografía de un desierto.
La idea de que sea una máquina la que supervisa el contenido de los ordenadores ahorra un valiosísimo tiempo a los investigadores, pero la realidad es que todavía queda camino por recorrer para que sea realmente útil.
Explicaba uno de los responsables del experimento que un gran número de personas cuentan con fotografías de desiertos en sus fondos de escritorio y que “la IA confunde el color de la arena con el de la piel humana”.
Por el momento la Policía trabaja codo a codo con expertos de Silicon Valley para corregir estos errores y que las imágenes del desierto dejen de parecerle indecentes a la IA en el plazo de unos dos años.