Ayer por la noche hubo una sola historia que centrase toda nuestra atención. Se ha hablado y se va a hablar largo y tendido sobre esto. Sin embargo, hubo detalles, pequeñas historias si quieres llamarlas así, que también ocurrieron a raíz del principal y que vale la pena contar.
El de la camiseta
En mitad de la noche y cuando no había nadie en las Ramblas de Barcelona, en medio de una transmisión en directo con TVE, un chico pasó en segundo plano. Cualquier otro día ese hecho normal hubiese pasado desapercibido, pero ayer no. Sobre todo por el mensaje de la camiseta: "FCK ISIS" (que le den al isis).
El que acoge a una familia de franceses
En otro rincón de Barcelona, alguien decide tuitear con el hashtag #portesouvertes (puertas abiertas) para ofrecer su casa a gente que no pueda volver a la suya o a su hotel. Una familia francesa con dos niños que se encontraba en el centro de Barcelona pero tenían su alojamiento en el Penedés decidió confiar en este extraño y responder al mensaje. Hay gente maravillosa.
Los pequeños gestos anónimos
Tal vez no son tan grandes en magnitud pero sí que son igual de importantes, hay otro tipo de gestos que hablan de la grandeza de las personas que los hacen. Gente que decide dar un paso al frente y hacer lo que puede en su ámbito más cercano. Como el motorista que repartía agua en la ronda, el kioskero que decidió no vender periódicos con portadas morbosas o todos los demás que donaron sangre, ofrecieron carreras de taxi gratis, habitaciones de hotel gratis o que cancelaron una huelga. Todos ellos merecen también nuestro reconocimiento.