Los que hemos pasado por la etapa de ser padres sabemos bien lo que significa no poder calmar a un bebé cuando explota en llanto. Es una situación por la que se ha de pasar y con la que terminas adquiriendo experiencia. Pero ¿qué ocurre cuando jamás te has enfrentado a ese momento? Es como si estallara una bomba de relojería y no tuvieras ningún cable rojo que cortar para evitarlo. Sudores, nervios, una bolita de carne que berrea como si no hubiera mañana... Calma, no es el fin del mundo.
Empecemos por lo básico: si un bebé llora es porque algo le ocurre. Además de básico es casi de perogrullo, pero los padres sabemos bien que en esa situación no se piensa con claridad. Así que venga, ponte en dicha situación: estás sosteniendo un bebé que no cesa de berrear y no se te ocurre nada con qué calmarlo. Empieza prestando atención a ese llanto. ¿Es de dolor, se encuentra incómodo, tiene hambre...? Es difícil si nunca has cuidado a un bebé, pero por la intensidad puede conocerse la gravedad del padecimiento. Debes actuar en consonancia.
Si es de hambre ya sabes lo que hay que hacer; igual que si hay que cambiar el pañal, por ejemplo (es mucho más sencillo de lo que crees, la caca huele pero no es radiactiva). El problema viene cuando el bebé no cesa de llorar porque algo le duele. La salida de los dientes suele ser traumático, también los cólicos. Y aquí es donde entran los consejos de los expertos.
¿Cómo mecer a un bebé para calmarlo? Hay que agarrarlo con seguridad y conseguir que se recueste sobre el brazo mientras aprovechamos para mecerlo. El pediatra Robert Hamilton nos explica y enseña en vídeo una excelente postura para calmar el llanto de un bebé.
Sostener a un bebé sin haber tenido experiencia previa y que encima esté llorando suele dar miedo, pero no hay que tenerlo: mantén la seguridad y aplica el máximo de calma mientras intentas proyectarla al bebé. Es fácil de decir y difícil de hacer, pero lo último es ponerse nerviosos. En el siguiente vídeo tienes otra muestra de cómo calmar a un bebé, este vez de la enfermera matrona Blanca Ossa.
Los expertos lo hacen muy sencillo y cuando te toque a ti será como enfrentarte a un demonio de pocos centímetros que llorará incansablemente por más que tú intentes lo contrario. Puede que no sea tan simple, pero hay que recalcar en que si el bebé llora es porque algo le ocurre y no puede expresarlo de otra manera. Intenta que esté a gusto, vigila la temperatura de la estancia, la humedad, asegúrate de que no tiene hambre, de que el pañal no está sucio... Y presta atención a la dureza del llanto por si algo le doliese. Por último, acude al hospital en el caso de que sospeches que puede ocurrirle algo grave.
Nos despedimos con un vídeo que muestra una manera muy curiosa de calmar a un bebé. Emitiendo un sonido grave y pausado puede inducirse la calma, es mágico.