De vez en cuando, algunas aplicaciones lanzan novedades que deberían ser una novedad fantástica para los usuarios. Sin embargo, todo en esta vida se puede pervertir, y más en manos de ciertos seres humanos. Las notas de voz de Whatsapp son un gran ejemplo de esto.
Los desarrolladores de la reina de las apps seguro que no eran del todo conscientes del monstruo que estaban creando. Sobre el papel era una idea espléndida, que podía permitir mandar un mensaje rápido cuando no se podía escribir o enviar la voz de un bebé a un familiar lejano.
Dicho esto, hay que dar un mensaje alto y claro:
¡Basta ya! ¡Whatsapp no es un walkie-talkie! ¡Corto!
Un mensaje intrusivo
Sí, es cierto que en ocasiones hay que enviar una nota de voz por las circunstancias que sean –un mensaje largo y poco tiempo para escribir, por ejemplo-, pero suelen ser casos excepcionales. El problema viene cuando un grupo grande de personas ha decidido usar las notas de voz como norma y los mensajes escritos como excepción. Y todo porque les da pereza escribir. Grandísima razón.
Lo hacen sin tener en cuenta que las notas de voz son un método muchísimo más intrusivo que un mensaje. Cuando llega un texto, basta un simple vistazo a la pantalla, sin ni siquiera tener que desbloquear el teléfono, para ver de qué se trata, valorar su urgencia y aparcar el teléfono para contestar cuando te dé la real gana.
Una nota de voz no. La nota de voz se queda ahí, misteriosa, hasta que decides escucharla. Puede ser un grito de “¡auxilio, me están asesinando!” o un “¡Oh, mira, un caracol”. No lo sabrás hasta que lo escuches.
No hay forma discreta de escucharla
Si estás en el retrete aburrido, escuchar una nota de voz no es un problema. Pero… ¿y si estás comiendo con más gente? ¿o en una primera tindercita? Sí, todos sabemos ya el truco de llevarte el teléfono a la oreja para escuchar solo tú el mensaje, pero tampoco sería lo más discreto del mundo. Y si ya hay gente que considera de mala educación mirar el móvil mientras estás hablando, imagínate el llevarte el teléfono a la oreja.
Pero incluso cuando estás solo puede ser una molestia. Estás tranquilamente viendo una película y ¡pum! una nota de voz. Valoras durante unos segundos si escucharla o no. Nada te obliga a hacerlo, pero al final la abres porque eres un buen amigo/novio/marido/hijo/padre (o sus respectivas versiones femeninas) y puede ser algo urgente. Paras la película solo para encontrarte un “Hola, ¿qué haces?”. Resoplas, y como ya la has oído y le saldrá el doble tick azul, pues contestas: “En casa, viendo una película”. Vuelves a darle al play y a los segundos te llega la respuesta ¡en otra nota de voz! ¿Pero qué parte de “viendo una película” no has entendido?
¿Cómo sé cuando enviar una nota de voz?
Vale, lo entiendo. Estamos viviendo una revolución tecnológica nunca vista y Dios fue muy claro acerca de matar, robar y desear a la mujer del prójimo, pero no dijo nada sobre cómo usar las malditas notas de voz de Whatsapp.
Algunas pistas sobre cuándo puedes mandar una nota de Whatsapp:
- No dura más de un minuto. Porque muy pocas personas van a querer escucharte en un largo monólogo cuando estaban haciendo otras cosas.
- Si realmente aporta algo sobre el escrito. Quizá estéis criticando a alguien y vas a hacer una imitación. Entonces vale.
- Es realmente importante y no tienes tiempo para escribirlo, o si tienes una mano ocupada.
- Si la conversación está durando ya un rato y sabes que no vas a molestar con una nota de voz.
Y la norma de oro: ¿la principal razón por la que piensas enviar esa nota de voz es que te da pereza escribir? Pues empieza a teclear, chato.