Compromiso, espiritualidad o autopreservación: no importan los motivos para pasar un día sin comer carne, los efectos sobre nuestro organismo y nuestro entorno serán los mismos. Inmediatos en algunos casos y, probablemente, mucho más profundos de lo que podemos sospechar. Ecología y medicina se dan la mano para convenir en que 24 horas de ayuno carnívoro son beneficiosas; a ser posible, de hecho, deberían ser un hábito recurrente en nuestra vida.
Cuando hablamos de carne, sin embargo, es a la carne roja y procesada a la que nos referimos. Estos dos alimentos han sido objeto de escrutinio muy cercano por los efectos negativos que su producción y consumo ha revelado. Según los nutricionistas, muchas veces entran en nuestra dieta porque no nos paramos a pensar en alternativas. Aquí van cinco motivos para, al menos, darle una pensada:
1- Cuidará tu corazón
La relación entre cardiopatía y consumo de carne roja no es una novedad. Las alertas se han disparado en los últimos años sin embargo en lo referente a la carne procesada. En 2014 un estudio sobre más de 37.000 hombres de Suecia publicado en Circulation concluyó que los hombres que consumían más de 75 gramos de carne roja procesada por día tenían un riesgo 1,28 veces mayor de sufrir insuficiencia cardíaca que los que comían menos de 25 gramos diarios. EL ESPAÑOL recomendaba para reducir en un 50% el riesgo de infarto, en línea con las conclusiones del estudio, que la ingesta de carne roja no supere los 100 gramos a la semana; las carnes procesadas, ni tocarlas.
Uno de los "asesinos silenciosos" de nuestros tiempos es la aterosclerosis, una enfermedad cardiovascular que lleva al engrosamiento y colapso de las arterias. La carnitina, presente en estos alimentos, favorece el crecimiento de las bacterias de nuestra flora intestinal que sintetizan un compuesto llamado N-óxido-trimetilamina (TMAO), según explicaba un estudio publicado en Nature Medicine. Y el TMAO está directamente relacionado con el estrechamiento de las vías sanguíneas.
Lo que probablemente no sospechamos es que un solo día sin carne tiene efectos inmediatos sobre el riesgo cardiovascular. Una reducción del 4,5%, concretamente, según un estudio de la Universidad de Oxford de 2013 que también revelaba que los vegetarianos tienen un tercio menos de probabilidades de sufrir cardiopatías a lo largo de su vida.
2- Menor riesgo de cáncer, diabetes y otras enfermedades
Las carnes procesadas han vuelto a estar en la diana de la OMS cuando recientemente las categorizó entre los productos "carcinógenos". El salami y el bacon pasaban a estar en la lista negra junto al formaldehido y el tabaco. Renunciar a las cuatro lonchas de un desayuno inglés o a un perrito caliente habrá evitado, según la organización, que disparemos nuestro riesgo de sufrir cáncer colorrectal un 18%. La carne roja no se libraba: había "evidencias", aseguraban, de un incremento de posibilidades de sufrir carcinoma colorrectal, pancreático y de próstata, fruto de los compuestos liberados durante la cocción.
¿Qué otras enfermedades se vinculan a esta alimentación? La diabetes tipo 2, por ejemplo: Diabetologia publicaba en 2013 un estudio sobre 60.000 mujeres que vinculaban una dieta rica en carne, así como en alimentos "acídicos" de origen animal como el queso y los huevos, a un aumento del 50% del riesgo de desarrollar la enfermedad. La artritis, la osteoporosis e incluso el mal de Alzheimer han sido relacionados con el consumo abundante de carne.
3- Adelgazarás... o todo lo contrario
Reducir el consumo de carne es una estrategia que han adoptado algunas instituciones, como centros escolares, para atajar la obesidad. Un estudio calculaba publicado en Academy of Nutrition and Dietetics realizado por la George Washington University calculaba en 4,5 kilos la pérdida de peso media lograda con pasarse a una dieta vegetariana sin cambiar de hábitos, fruto de una menor ingesta de grasas saturadas.
El problema está cuando no se buscan sustituyentes a los nutrientes a los que renunciamos, especialmente a las proteínas tan abundantes en la carne. La soja es aquí un elemento clave. Quinoa, arroz, lentejas y guisantes son las fuentes de carbohidratos recomendadas en una dieta vegetariana; la pasta, vetada por el veganismo por estar elaborada con productos de origen animal, también vale. Las vitaminas son uno de los suplementos de los que las dietas sin carne no pueden prescindir.
Naturalmente, los nutricionistas advierten contra un error común: el de dar por hecho de que "por ser vegetal no engorda", y pegarnos atracones de alimentos como el coco y el aguacate de enorme contenido calórico.
4- Te dará un olor más sexy
No es una broma: comer carne hace que secretemos un olor más desagradable para nuestra pareja, un factor especialmente agudo cuando se trata de mujeres juzgando a hombres. Publicado en Evolution and Human Behavior, un estudio evaluaba las reacciones a muestras de sudor de sujetos clasificados según su dieta. Cuantas más verduras y frutas tomase el individuo, concluyeron, su piel tomaría un color "más amarillo" producido por la acumulación de carotenoides vinculado a su vez a un aroma más apetecible.
La evaluación mostró que las dietas bajas en carbohidratos simples producen un sudor "floral, afrutado, dulce y medicinal", mientras que una mayor ingesta de hidratos de carbono de los "malos" daba como resultado un olor corporal menos agradable. La diferencia no es baladí si tenemos intención de triunfar: un estudio publicado en Human Nature en 1997 ponía al olfato como el sentido privilegiado de las mujeres a la hora de seleccionar pareja.
5- Aliviará enormemente al planeta
Un día sin carne puede suponer una enorme diferencia para la sostenibilidad del medio ambiente. Esa es la premisa del World Meat Free Day que se celebra el 13 de Julio. ¿Que cambia que yo deje de comer carne por un día? Según los organizadores, habré permitido que se libere a la atmósfera el equivalente en CO2 a hervir 338 veces una tetera y ahorrado el agua que ingieren diariamente 9 personas, fruto de la reducción en la demanda a la industria cárnica, uno de los principales productores de gases de efecto invernadero y factor global de deforestación.
Para producir un kilo de carne se utilizan entre 15 y 20 kilos de cereales y hasta 15.000 litros de agua, según los convocantes; si dejásemos de comerla un día a la semana salvaríamos a 14 animales anualmente del sacrificio, añaden. Si la población de Estados Unidos aceptase pasar un solo día sin carne, calculan, habrían ahorrado el equivalente al dióxido que libera Francia.
Noticias relacionadas
- Los otros cinco aceites baratos más saludables que el de Palma: de la colza al algodón
- Guerra por el azúcar: las empresas dicen "no" al Gobierno de Reino Unido
- ¿Quiere tener el corazón más sano del mundo? Viva como un indio Tsiname
- ¿Un antidepresivo para ayudar a elegir comida sana?
- "Hay que comer menos de lo que comemos para cuidar el corazón"
- Hay que inflarse a fruta y verdura: piden aumentar las raciones diarias de cinco a diez
- Las dietas de moda: desmontamos los cinco mitos con los que nos engañan
- Diez consejos para reducir un 50% el riesgo de morir por un infarto