"Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos" que ha tenido "la cobardía de enviar a su número dos —tal vez el único que le queda al lado— a dar explicaciones en su lugar". Las acusaciones contra sus críticos dan prueba de la "mejor tradición sectaria". Ha "mentido sin escrúpulos a sus compañeros" y sus "oscilaciones a derecha e izquierda" se ha debido más a sus "intereses personales" que a sus valores o a su ideología, "bastante desconocidos ambos".
Firmado por un mordaz columnista, el furibundo ataque y descuartizamiento menudo de la figura de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE en rebeldía, que acabamos de leer formaría parte del proceder natural y necesario de la prensa. El tono casaría con la cobertura de la crisis en el partido socialista desencadenada el miércoles por la tarde con la dimisión de la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva, seguida de la negativa de los miembros restantes a aceptar la disolución.
Pero esos términos pertenecen al editorial del diario El País, que caía a medianoche como una bomba en las redes sociales, ya caldeadas por la intensa jornada. Titulada Salvar al PSOE, añade implícitamente "matando a Sánchez". El editorialista carga sin medias tintas, cuando no con insultos claros y meridianos, contra el secretario general del partido socialiasta.
Ha dirigido con "desacierto" al PSOE, afirma, y debería haber dimitido tras la debacle en las elecciones vascas y gallegas. Aboga porque una gestora se haga cargo del partido y se celebre un Congreso extraordinario una vez hayan permitido la formación de Gobierno. De lo contrario, el PSOE se encamina a la "destrucción a la vista de todos".
La intensidad del bofetón convertía a la pieza en Trending Topic al poco de publicarse online. Minutos después surgía incluso una petición de repulsa contra los calificativos en Change.org. A lo largo de la noche ha ido evolucionando hasta transformarse en el hashtag #SalvaralPSOE bajo el que tanto los detractores como los partidarios de Pedro Sánchez han agrupado sus mensajes, en muchas ocasiones sin conocer su origen.
"Decapitar a Sánchez como hicieron con Borrell"
Horas antes de la publicación del editorial, Alberto Lardiés indicaba las líneas estratégicas que sigue la campaña mediática que apoya el derrocamiento de Sánchez en su blog El ruedo mediático. El editorial sería así una continuación del plan labrado desde la mañana, con la entrevista en la Cadena Ser en la que Felipe González acusaba al secretario general de haberle engañado haciéndole creer que se abstendrían en la segunda votación de investidura a Rajoy.
Los otros dos conspiradores sería Alfredo Pérez-Rubalcaba y el propio presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián. Lardiés cita a otro periodista de EL ESPAÑOL, Daniel Basteiro, sobre la situación en el PSOE: "Sánchez ya se mira en el espejo de Borrell". Efectivamente, el socialista catalán ganó en 1999 las primarias del PSOE frente al candidato apadrinado por Felipe González, Joaquín Almunia, pero las presiones le hicieron finalmente desistir de ser el candidato a las elecciones generales.
"¿Recuerdan aquella conspiración mediática y política entre Prisa y los mandamases felipistas del PSOE para acabar con la carrera política de un hombre que había ganado a su rival, en ese caso Joaquín Almunia, mediante la publicación de una información que después, con los años, se desinfló porque no era para tanto?" - escribe Lardiés. "¿Se acuerdan ustedes de cómo el periódico preferido de Alfredo Pérez Rubalcaba, ese astuto tahúr de la política, perejil de todas las salsas conspiratorias, conseguía enviar al cajón de la historia a Borrell?"
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