Cinco de las nueve cofradías del Domingo de Ramos no salieron a la calle a causa de la lluvia. Las cuatro restantes, que decidieron hacer su estación de penitencia, se mojaron. La Paz fue la primera en poner su cruz de guía en la calle, a las 13:15, un cuarto de hora después de lo previsto, al tiempo que la Hiniesta anunciaba que no lo haría.
Lágrimas en el barrio de San Julián que hacían contraste con los aplausos en la Plaza de Molviedro, donde Jesús Despojado salía pese a los goterones que comenzaron a caer. Las precipitaciones y el polvo en suspensión convirtieron la lluvia en barro, manchando las túnicas de los penitentes, los pasos y absolutamente todo.
La procesión de la Borriquita fue la única en completar su recorrido, aguantando los pequeños chaparrones, alentados por los aplausos del público. Calles abarrotadas para ver a las pocas cofradías que desafiaron al cielo amenazante de lluvia. Había muchas ganas de cofradías y las temperaturas sí acompañaron.
[La lluvia rompe el Domingo de Ramos, que impide salidas y quiebra estaciones de penitencia]
La Paz se partió en dos. El paso de palio de María Santísima de la Paz, que fue sorprendido por la lluvia poco después de salir, anduvo sobre sus pasos para regresar a su parroquia de San Sebastián; el misterio de Jesús de la Victoria, con un impermeable, avanzó hasta alcanzar la Catedral.
Cuando la tarde comenzaba a truncarse, la Hermandad de la Cena sorprendió con su decisión de sí hacer estación de penitencia, sacando a sus tres pasos. Su hermano mayor, Álvaro Enríquez, anunció que no se refugiarían en otro templo que no fuese el suyo o la Catedral. Y así fue.
Consiguieron llegar a la Catedral, casi sin sobresaltos. Allí se encontraron a la cofradía de Jesús Despojado, con sus dos pasos rodeados de penitentes, refugiada de las lloviznas. Ante la indecisión de la cofradía de Molviedro, los de la calle Sol decidieron adelantarles y salir de la Catedral por la puerta de los palos.
Llegaron a salir dos de sus tres pasos: el Señor de la Humildad y Paciencia y el misterio de la Sagrada Cena. Ambos tuvieron que regresar a la Catedral poco después, cubiertos por unos capotes, reuniéndose con el palio de la Virgen del Subterráneo.
San Roque no hizo el intento. Decisión a la que se sumaron las hermandades que tenían prevista su salida por la tarde: la Amargura, La Estrella y el Amor. No pudo estrenarse la banda del Rosario de Cádiz tras el Cristo de las Penas, aunque sus músicos hicieron sonar la marcha "La Valiente" a las puertas de la Capilla de la calle San Jacinto.
Cabe apuntar que la procesión de la Borriquita forma parte de la hermandad del Amor, por lo que esta sí pudo realizar su estación de penitencia, a medias, sin la procesión del Cristo del Amor y la Virgen del Socorro que cierra el Domingo de Ramos.
No llovió tanto como se esperaba; lo justo para deslucir las procesiones o hacerlas suspender. La alerta amarilla por fuertes vientos y lluvias, que no fue tal, hizo cerrar los parques, motivando el cambio de recorrido de la hermandad de la Paz, que no pudo cruzar el Parque de María Luisa.
Luto por un costalero
Una jornada aciaga desde el principio. El Domingo de Ramos comenzó con la noticia del fallecimiento de un costalero del palio de la Hermandad de Jesús Despojado, Loren, antes de asistir a la salida de su cofradía.
La ciudad despedía también al que fuese presidente del Real Betis y benefactor de varias hermandades de Sevilla como el Gran Poder o la Milagrosa, Manuel Ruiz de Lopera, que fallecía este Sábado de Pasión.
Queda por saber cuándo y cómo van a regresar las hermandades que se han quedado refugiadas en la Catedral, que son las de Jesús Despojado, la Cena y el Cristo de la Victoria, de la Paz. Estos regresos se intentaron hacer esta misma jornada, pero la lluvia no dio tregua.