De toros de fuego a cucañas: Cómo aprovechar los últimos días en Sevilla antes de volver a la rutina de septiembre

Se tolere más o menos, la vuelta al cole está a la vuelta de la esquina. Ya asoma la rutina y el calendario laboral, o lo que es lo mismo, el retorno a la normalidad. Para la mayoría será un choque de realidad opuesto al descanso y la diversión que siempre suponen estas vacaciones estivales, aunque otros ya echarán de menos la estabilidad y el sentirse productivos.

Sea como fuere, lo cierto es que el tiempo para el ocio dentro de poco se verá restringido para muchos sevillanos. Lejos del desánimo, lo más acertado es aprovechar hasta el último suspiro de entretenimiento. La capital hispalense es idónea para esto, pues ofrece una variedad de fiestas para rematar las vacaciones y regresar a esta rutina con las pilas recargadas.

Sobre todo con ferias, que aparecen por el mapa de la provincia. Hay festejos estos días en Estepa, Tocina, Tomares, Utrera, Alcalá del Río, Palomares del Río, La Puebla de Cazalla, Camas, Las Cabezas de San Juan, Coria del Río, La Algaba, Castilleja de la Cuesta, Écija, Morón de la Frontera y Los Palacios y Villafranca.

Actividades

Estas celebraciones se conciben para los sevillanos como una Feria de Abril a menor escala. El protagonismo se lo lleva comer, beber, pasar tiempo con gente querida en las casetas o ir a los famosos cacharritos con los más pequeños. Además, estas ferias se caracterizan por sus actos religiosos y costumbres, lo que hace que, aunque sí parecidas, ninguna de estas sea igual que otra.

Desde los famosos toros de fuego en pueblos como Camas o Palomares hasta los conciertos en directo como los de Utrera, con India Martínez y María Peláe, pasando por la cucaña de Coria o los festejos taurinos de La Algaba. Estas ferias ofrecen una multitud de emocionantes actividades en las que participar o ser espectadores.

Tras ellas se cierra el telón del calendario de ferias de la provincia de Sevilla para este año 2024. Por ello se deben saborear hasta el final, disfrutar y aprovechar el último atisbo de libertad de las vacaciones veraniegas.