Después de la primera mentira, toda la verdad se convierte en duda.
La mentira es una conducta inherente al ser humano y existe desde su misma creación. Las razones por las que las personas mienten son variadas y complejas, pero una vez que se ha dicho la primera mentira, la verdad se convierte en algo dudoso, y esto tiene profundas implicaciones en la confianza y las relaciones humanas.
¿Por qué mienten las personas?
Probablemente una de las razones más comunes para mentir es la autoprotección. Las personas mienten para evitar consecuencias negativas, ya sean personales, sociales o profesionales.
Otro de los motivos es el mantenimiento de la autoimagen: muchos mienten para mantener una imagen positiva de sí mismos ante los demás. Esto incluye exagerar logros o habilidades para ser más admirados y respetados. Otra razón muy común es evitar conflictos. En lugar de afrontar una discusión, las personas pueden mentir para evitar confrontaciones incomodas.
Algunas mentiras están diseñadas para manipular a otros y obtener algún beneficio personal. Este tipo de mentiras puede incluir desde pequeñas manipulaciones hasta fraudes significativos. En algunos casos, la mentira se convierte en un hábito o incluso en una patología, como en el caso de los mentirosos compulsivos, que mienten de forma rutinaria sin motivo claro.
¿Qué consecuencias puede tener decir mentiras?
Decir una mentira puede parecer inofensivo al principio, pero las consecuencias a largo plazo pueden ser significativas. Una vez que se ha mentido, la verdad se convierte en algo incierto y esto ocurre por varias razones: la pérdida de confianza, que es la base de cualquier relación saludable. Cuando alguien descubre que ha sido engañado, la confianza se rompe, y puede ser extremadamente difícil recuperar; la desconfianza crea una barrera que afecta a todas las interacciones futuras.
Por otro lado, hay un Efecto Bola de Nieve porque una mentira a menudo lleva a otra y para mantener la primera puede verse obligada a seguir mintiendo, creando un enredo que cada vez se vuelve más difícil de gestionar.
El rastro de la mentira es muy difícil hacerlo desaparecer, incluso cuando se descubre una verdad después de la mentira, la duda persiste y las personas empiezan a cuestionar la veracidad de todo lo que dice el mentiroso. Ni que decir tiene que al ser descubierto mintiendo no solo afecta cómo te ven los demás, sino también cómo te ves a ti mismo, esto erosiona la autoestima y conduce a una mayor inseguridad y ansiedad.
Recuperar la confianza después de mentir es un proceso largo y difícil. Requiere sinceridad, arrepentimiento y acciones consistentes que demuestren un cambio verdadero y transparente, además de tener una comunicación muy fluida y abierta que puedan reconstruir las relaciones dañadas por la mentira.
Y por desgracia no es mentira el fallecimiento de Tere Reina. Desde aquí quiero dar el pésame a toda la familia, a Pepe Cañete a sus hijos, porque no puedo olvidar los grandes y divertidos momentos que pasé con ella.
También quiero darle las gracias a Antonio Gallego porque he tenido el placer de degustar sus fantásticas salsas de Ybarra, así como los aceites La Masía que todos suman placer de Dioses.
Termino haciendo dos recomendaciones: una es el libro “Los haikus que me acompañan” que después de una profunda reflexión la doctora Almudena Barbero Marí, ha decidido escribir este libro con una serie de connotaciones muy personales a lo largo de su vida.
Y otra de mis sugerencias es acudir a la exposición colectiva en la que participa María Fernández, autora que bebe de la fuente del gran Sorolla y que se podrá visitar hasta el 24 de junio en el colegio de médicos de Sevilla