La portavoz de Vox Sevilla, Cristina Peláez, dijo el pasado mes de mayo: "No nos fiamos del PP". Se negaba a apoyar al Gobierno de José Luis Sanz en el Ayuntamiento si no entraban en el Ejecutivo local para poder "controlar los acuerdos y fiscalizar desde dentro" a sus eventuales socios.
Cuatro meses después de esas declaraciones el partido de Santiago Abascal en Sevilla ha dado un giro de 180 grados a su postura. Ya no bloquean las propuestas del Gobierno local. Han abandonado lo que el PP bautizó como el "tripartido bloqueador" en referencia a la coincidencia de voto negativo de PSOE, Vox y Podemos-IU.
Esta misma semana se ha hecho patente el cambio de actitud, pero el cambio viene de antes, necesariamente. Porque si a primeros de semana se conocía que Vox Sevilla se avenía a pactar la aprobación del límite de viviendas turísticas en la ciudad, la negociación se ha debido desarrollar a la vuelta del verano.
No es el único signo del buen entendimiento de los de Vox con el Gobierno de Sanz. Porque, poco después de conocerse la luz verde de los de Abascal a la norma contra los pisos turísticos se sabía que la formación sacaría adelante la reforma de hasta seis calles de la ciudad gracias al voto del grupo popular.
Hay más. Porque Vox anunció este miércoles que va a presentar enmiendas al texto de la ordenanza fiscal de Sevilla de 2025 que el Gobierno municipal presentó la pasada semana.
Enmiendas
Esto es novedad porque, hasta ahora, la lógica de Vox -como la de PSOE o de IU-Podemos- era no presentar enmiendas y dejar morir las normas-. El hecho de que se avengan a aportar sus ideas a la norma fiscal da idea de que hay una negociación de fondo.
Otro dato que apunta en esa dirección está en la redacción que el PP hizo de esta norma. Hay un apoyo especial a las familias numerosas que, aunque son objeto también de las políticas del PP, tienden a asociarse con Vox.
Este guiño, que los grupos de la izquierda señalaron que era una forma de acercarse a los de Abascal por parte de Sanz, parece que puede funcionar. De hecho, la portavoz de Vox, Cristina Peláez, señalaba este miércoles su "optimismo" sobre esta negociación, la tercera en solo una semana con el PP.
¿Qué ha cambiado?
Pero, ¿qué ha cambiado entre ambos partidos? Peláez dio pistas este miércoles: "Cuando se abandonan posiciones impropias de un gobierno en minoría y se apuesta por la negociación, el acuerdo y el pacto, y se buscan propuestas positivas para el conjunto de los sevillanos y de sentido común, Sevilla avanza", indicó.
Ese "cambio de actitud" del Gobierno municipal, se entiende, es lo que ha propiciado el acercamiento de los de Vox. Ellos mismos señalan que, gracias a esto se ha podido "frenar la proliferación de pisos turísticos, sin que haga falta aplicar moratoria porque la misma normativa la impone, o el Plan de Inversiones para los barrios".
"Y, si todo marcha bien, unas ordenanzas fiscales que alivie la presión impositiva a familias, trabajadores, autónomos y pequeñas y medianas empresas", añadió Peláez.
Juanma Moreno
Tras descartar un gobierno en coalición con Vox, Sanz aseguró que su intención era aplicar lo que, por otro lado, es marca de la casa en el PP de Andalucía: el diálogo. Es algo sobre lo que trabaja el presidente de la Junta, Juanma Moreno y que también se ha ejercido en la Plaza Nueva.
Prueba de ello son las reuniones con todos los grupos durante meses para avanzar en la norma sobre la limitación de los pisos turísticos o, más cerca, la mano tendida de la que presumen desde el Ejecutivo municipal para aprobar las ordenanzas fiscales.
De hecho, si este año es Vox el partido que ayuda a Sanz a aprobar las normas impositivas de la ciudad para el año que viene nadie podrá acusar al alcalde de usar solo a los de Abascal como muleta.
Porque, cabe recordar, el año pasado fue el PSOE quien ayudó a Sanz a sacar adelante las ordenanzas fiscales. De esta forma, el Gobierno local mira a izquierda y derecha para aprobar las normativas que su mayoría simple no le permiten.