Se llama Francisco Javier, mide dos metros, tiene barba, una hija y sale con mujeres. De hecho, acudió al programa de televisión First Dates a buscar el amor y cenó con una señora, a la que se presentó como hombre.
Sin embargo, se define como lesbiana y mujer, género que, de hecho, se ha cambiado en el Registro Civil. A efectos legales es una mujer. Y por eso ha demandado al Ejército, donde trabaja. Entiende que la discriminan.
Esta soldado tiene 42 años y es de Carmona, localidad de Sevilla desde donde salió para hacerse militar cuando pasaba por poco los 20. El Ejército era su vocación y ahí se desempeña en labores manuales que tiene que ver con vehículos.
Sin embargo, su caso despierta más que suspicacias, que la soldado trans, desde luego, no esquiva. ¿Es su cambio de sexo en el Registro Civil una forma de aprovecharse de la Ley Trans? ¿Le está tomando el pelo a las personas transexuales que han luchado tanto por conseguir que su camino sea más sencillo?
Francisco Javier asegura que no. Y que su aspecto, que se asocia a los rasgos masculinos -barba, espalda ancha, voz grave, pelo corto...- se deben a que una mujer no tiene que tener una imagen determinado. La feminidad, defiende, es variada.
Nombre de hombre
Asegura, además, que se sigue llamando Francisco Javier porque le gusta su nombre. No oculta que no tiene intención de llamarse de otra manera más femenina. No oculta que tiene una hija de diez años, fruto de una relación anterior con una mujer.
Porque solo sale con mujeres. Francisco Javier se identifica como lesbiana. En la triada identidad sexual, identidad de género y expresión de género, esta soldado trans se sitúa en una combinación poco frecuente, pero que ella defiende.
Francisco Javier asegura que empezó su transición a mediados de 2023. Aunque hay quien le cuesta a qué transición se refiere si no hay absolutamente ningún cambio en su vida más allá de que su DNI dice que es mujer.
Sea como fuere, y legalmente la soldado Francisco Javier, se siente discriminada en el Ejército. Por eso ha saltado a la luz pública. Demandó al Ministerio de Defensa porque no le dejan usar como quiere los vestuarios femeninos.
Vestuarios femeninos
Desde el Ejército, ante un caso tan sui géneris como este, ofrecieron una solución intermedia: Francisco Javier podía usar las instalaciones de los oficiales en horas determinadas. Eso evitaba que la soldado se cambiase donde están los demás soldados. Y aliviaba a las soldados, que veían regular que la recluta trans se pasease por sus duchas.
No le valió. Francisco Javier exige la igualdad que, entiende, le garantiza la Ley trans. Si su DNI dice que es una mujer, tienen que tratarla como tal a todos los efectos. Y la cuestión es que ha conseguido que la Justicia abra un caso sobre su situación.
Mientras lo legal se resuelve, Francisco Javier ha asegurado a varios medios que lo que le importa es la opinión de los suyos, no de la gente. Sabe que levanta comentarios. Pero asegura que su orgullo es que su hija le llama "mamá".
Francisco Javier se incorporó al Ejército en 1999. Después haría un curso de estética y belleza donde, asegura, empezó su contacto con el mundo femenino. Eso despertó, asegura, su inicio en la transición que ha hecho.
Sorpresa por su situación
Desde los colectivos trans se muestran sorprendidos desde que este caso saltó a la luz. No entienden que mantenga un nombre masculino o su aspecto cuando, además, la soldado misma asegura que su contacto con lo femenino y la estética fue lo que le despertó esa consciencia de feminidad y transexualidad.
Alegan, también, que Francisco José, como hombre, acudió hace meses al programa de citas de televisión First Dates. Allí se presentó como hombre y tuvo una cita con una mujer. Señaló que le "daba morbo" ponerse tacones. Pero esto es una cuestión que nada tiene que ver con la transexualidad. Se trata más bien de un fetiche que puede ser de un hombre heterosexual.
En televisión ha contado que solo su hija supo de su paso. Ni sus hermanos ni sus padres. Y ha confesado que la niña, a ratos, se confunde y le llama "papá". No le molesta, asegura, puesto que entiende que su aspecto confunde. De hecho, asegura que no le molesta que le traten en masculino si no hay burla.
"No es tan fácil"
En el programa 'Y ahora Sonsoles' señaló que nunca quiso hormonarse. Ni cambiar su nombre. Ni ir al psicólogo. El cambio de ley le permitió inscribirse como mujer sin hacer nada de esto. Pero "no es tan fácil, no", aseguró.
Sobre el nombre, señala que le gusta. Por eso no lo cambia. "Si te gusta tu nombre y la ley te permite mantenerlo, lo mantienes. Ser mujer no es tener un nombre diferente", razona
"¿Por qué una mujer se va a llamar María? ¿Todas las que se llaman María José o José María entonces, qué es hombre o mujer? Eso de los nombres", indicó en el programa. La soldado aseguró, además, que no es transexual, es "transgénero".
Amparada por la Ley
Ahí, indicó, la Ley le permite mantener nombre, estado físico y demás. Parecer un hombre. Figurar como mujer. Para Francisco José, según indicó, su situación es complicada de explicar.
¿Qué es ser mujer para la soldado? "Cuando pasan los años notas diferencias. Yo tengo un montón de amigos que juegan al fútbol y tú te notas diferente...", indicó.