Sevilla

"Toda ciudad o región que se precie (en Italia casi todas tienen una propia), debe tener una baraja". Es la idea que inspiró al arquitecto, profesor de la Universidad de Sevilla y columnista de EL ESPAÑOL de Sevilla Javier Navarro para diseñar su mazo de naipes sobre las vírgenes con más devoción de la ciudad. 

Al mismo tiempo, otro artista, Agustín Israel, mostraba al mundo su diseño, también para un mazo de cartas. En este caso, inspirado en Curro, el curioso pájaro que fuera mascota de la Expo 92 de Sevilla. 

La capital andaluza esté en el centro del proceso de creación de ambos artistas y, curiosamente, ambos han presentado sus juegos de naipes con días de diferencia. Desde la Virgen de los Dolores de los Servitas a la de la Quinta Angustia. De un Curro jugando con Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 o transmutado en la Mortaja. 

En el caso de Javier Navarro, la idea le llegó, cuenta, cuando vivía en Roma. Eso era hace dos años. "Allí, un día jugando con unas cartas 'romagnole' pensé que toda ciudad o región que se precia  debe tener una baraja". 

Y, como en Sevilla no había una que le apasionase, tiró de la pasión religiosa y las diseñó él mismo. No es la primera vez que se embarca en algo así. Ya ha dibujado las banderas de todos los barrios de Sevilla y vende sus ilustraciones sobre Sevilla, Curro y los sevillanos. 

Mazo para Sevilla

Los "romagnole", explica, son barajas de cartas "de formato más pequeño" que se usan en el día a día para jugar. "En Italia casi todas las regiones tienen un mazo propio", señala. Ahora Sevilla, también. 

Cartas de vírgenes sevillanas. Sevilla Dibujada Sevilla

A esa idea de las cartas y Sevilla se le unió, señala, otra "obsesión" que le persigue: las estampitas de vírgenes en blanco y negro. Las antiguas, señala. "Me parecen sumamente contemporáneas como objeto", explica. 

Y de la mezcla de esos dos elementos, su baraja mariana. "Al final, la estampita es algo muy íntimo, cargado de simbolismo, que todo sevillano guarda en la cartera, o la guantera del coche, como dijo Carlos Herrera en el pregón de la Semana Santa que proclamó", explica. 

Las cartas, para los curiosos, no están a la venta. No es un capricho. Es coherencia. Porque a Navarro le parece que no tiene sentido intentar sacar rentabilidad a imágenes que para mucha gente son sagradas". Las imágenes las tiene, sin embargo, en sus perfiles y de ahí se pueden descargar. 

No se venden

El también columnista de EL ESPAÑOL de Sevilla indica que si las vendiese, estaría contradiciendo "el pasaje de la expulsión de los mercaderes del templo a diferencia de lo que hacen las hermandades". Así que nada de hacer caja son este diseño suyo. 

Aunque la nómina de dolorosas que hay en su mazo es importante, asegura que le han faltado "algunas vírgenes fundamentales como la de las Lágrimas, la de Gracia y Esperanza, los Desamparados, Desamparo y Abandono, Buen Fin, Guadalupe… pero había que elegir".

Cartas del tarot de Agustín Israel. EE Sevilla

Quien sí vende su mazo de cartas es el artista Agustín Israel. Se trata de un juego de cartas del tarot donde el personaje principal es Curro, la mascota de la Expo 92 de Sevilla. Salen a la venta por 15 euros, pero si se acude a la preventa, salen por 12. Se entregan desde el 18 de julio. Se pueden adquirir en el Instagram del artista (https://www.instagram.com/agustinisrael/)

Curro y el tarot

¿Por qué Curro es el elemento central de estas cartas y, de hecho, de gran parte de la obra de Israel? Él siempre usa dos elementos en su arte: el lunar y el capirote. Los introduce en muchos cuadros clásicos y hace variaciones sobre ellos. 

"Son los dos elementos de la iconografía festiva sevillana", explica el artista. Y, dentro de esta idea, "me faltaba algo que hablase de lo festivo, pero desde la modernidad, del futuro. Y ahí está Curro, que representa eso". 

De hecho, en sus cartas sevillanas del tarot está Curro, sí. Pero también Cobi. Y muchos lunares y también capirotes. Es la quintaesencia de su obra hecha naipes para predecir el futuro. 

Pero si las cartas no son el formato que más le atrae, Israel ofrece también los originales de cada diseño. Quedan pocos, pero quedan. Son ilustraciones de 30 centímetros por 17 firmados y seriados.