La cerveza es, sin duda, la bebida por excelencia en los bares de España. Sin embargo, no en todos le dan la importancia que tiene servirla bien. No basta con abrir el grifo y llenar el vaso hasta arriba, es más que eso. Hay que utilizar una técnica concreta, fácil de conseguir si se siguen unos sencillos pasos.
En la Factoría Cruzcampo, antigua fábrica de cerveza, enseñan a tirarla de la mejor manera posible para que el disfrute sea máximo. Allí, una maestra cervecera es la encargada de llevar a cabo el taller en el que tan solo hay que seguir unos consejos.
El primero de todos es un buen vaso. Es esencial un vaso de cristal fino, formato maceta para conseguir la cerveza perfecta. El siguiente paso es refrescar el vaso con agua para eliminar las impurezas que pueda tener. Acto seguido abrir el grifo, sin miedo.
Una vez abierto, queda meter el vaso a 45 grados bajo el grifo y cuando ya está un tercio lleno, se posiciona en vertical y se dejan pasar 3 segundos. De esta manera, se romperá el carbónico y se generará la crema tan característica que hace de la cerveza un trago único. Lo suyo es que tenga entre 2 y 3 dedos de espuma.
Tras esto solo queda bebérsela, siempre a una temperatura muy fría (lo ideal es en torno a 3-4ºC) y disfrutarla acompañada de un buen aperitivo y rodeado de buenos amigos.
Sobre su microcervecería con fin social
Lo que en su día fue la fábrica original de Cruzcampo en Sevilla, abrió sus puertas de nuevo tras la pandemia. En la reforma que sufrió se instauró la Fundación Cruzcampo que acoge la Factoría Cruzcampo y una microcervecería para celebrar actividades cerveceras y gastronómicas únicas.
En ella no solo se disfruta de una cerveza perfectamente tirada, sino también de 7 variedades exclusivas de este oro líquido que solo se pueden catar en este espacio. Son recetas artesanas de Cruzcampo elaboradas por las maestras cerveceras con las que contribuir a la acción social que lleva a cabo la Fundación Cruzcampo.
El ambiente industrial que rodea en todo momento el espacio hacen que el cliente se sumerja en una auténtica fábrica de cerveza en funcionamiento. También se tiene en todo momento una panorámica abierta de las cocinas y la sala donde los alumnos ponen en práctica sus conocimientos.