Viola a una menor de 13 años y la deja embarazada tras acogerla en su casa de Sevilla

Dejó embarazada a una menor de 13 años. El hombre, condenado a ocho años de cárcel por esos hechos, consiguió que se le redujera la pena a seis por la aplicación de la 'ley del sí es sí'. Aún así había pedido un recurso de casación para reducir más su pena. 

Ahora el Tribunal Supremo (TS) ha determinado que eso no será posible. Mantiene los seis años de prisión así como la orden de alejamiento sobre la víctima y el pago de 12.000 euros de indemnización. 

Los hechos ocurrieron el 24 de octubre de 2028 en Sevilla. Entonces la menor, de solo 13 años, acudió a casa de una conocida para pedir comida. Allí estaba el condenado por abusar sexualmente de ella y dejarla embarazada. 

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La menor, además de pedir comida, solicitó a la dueña de la casa dormir allí. No tenía dónde quedarse, dijo. La mujer no le dio cobijo, pero el condenado se ofreció. 

Cocaína y abusos

Relata la sentencia que el hombre la llevó a su casa. Allí empezó a consumir cocaína delante de la menor aunque, en su alegación, argumentó que no sabía que tenía 13 años. Según el escrito del juez, empezó a desnudar a la niña y llegó a tener una relación completa con ella. 

Según el Supremo, el hombre "conocía la edad de la víctima o al menos dudó sobre su edad, pero decidió no indagar más y mantener relaciones sexuales" con ella. Pero eso no le frenó en sus abusos, recoge Europa Press. 

"Una vez terminado el acto sexual", la chica "tuvo intención de marcharse del domicilio y, utilizando el móvil de este, envió mensajes de WhatsApp" a la mujer en cuyo domicilio había pasado las horas previas, "pues quería que la recogiera aunque no se lo dijo expresamente", recoge la sentencia.

La menor volvió a su casa a los cinco días. Entonces le dijo a su madre que podía estar embarazada, extremo que se confirmó mediante una prueba médica. La joven procedió a interrumpir su estado de gestación. 

Prueba de paternidad

"Practicado un análisis de los restos fetales intervenidos se concluyó que no existía incompatibilidad genética para una relación paternofilial" entre la víctima, el acusado y los restos fetales analizados.

De esta forma, la prueba determinó que el condenado era el padre. El análisis médico señaló, además, que la menor "está diagnosticada" de una afección mixta de la personalidad y las meciones, "con mala adaptación social, lo que no altera sus facultades cognitivas".

El Supremo recuerda que en el juicio, la menor "afirmó que el acusado sabía que tenía 13 años y que no era cierto que le dijera que tenía 20 años"; pesando además los testimonios de dos agentes que "afirmaron que la víctima aparentaba 13 o 14 años y que no parecía adulta, sino una niña joven".

A eso se sumó la propia declaración del acusado, que "reconoció que cuando ella le dijo que tenía 21 años, no la creyó". Así, el Supremo coincide con el TSJA en que el inculpado "conocía la edad de la víctima o al menos dudó sobre su edad, pero decidió no indagar más y mantener relaciones sexuales" con ella.