Sevilla

Jorge Pulgar es periodista y creador de contenido sobre Semana Santa. Suyos son los hilos de Twitter sobre curiosidades de la Semana de Pasión y las publicaciones en Instagram donde compara a las vírgenes con concursantes del programa de drag queens RuPaul Drag Race.

Defiende que todo el mundo tiene su espacio en la Semana Santa. También el análisis 'pop' de las imágenes, a las que siente como personas. "Me he pasado horas acariciando las manos de la Virgen que estaba en casa", recuerda. 

- Usted repasa cómo van vestidas las Vírgenes en su Instagram. ¿Cuál gana?

- La Trinidad y te lo digo con datos objetivos, no porque sea hermano. Desde que la viste Joaquín en los 90 es una de las pocas Vírgenes que ha mantenido su imagen. Porque eso son modas, como el traje de flamenca. Joaquín junto a Leandro es quien mejor lo hace en Sevilla. Y Francisco Javier Hernández Lucas, que viste a la Esperanza de Triana. 

- ¿También le gusta?

- La Esperanza de Triana es la Beyoncé de las Vírgenes de Sevilla. Es la virgen preferida de tu virgen preferida. Las hermandades que se montan nueva por ejemplo en un pueblo de Cáceres buscan eso, la Esperanza de Triana: ostentación, brillos, volantes.

- ¿Ese es el secreto?

- Bueno, y unas cabezas detrás que saben lo que hacen. Lo tienen todo medido. Si tienes fondos y unas cabezas tan buenas como la Esperanza pues tienes esa Virgen que me la como con papas. Va a acabar destronando a la Macarena. 

- ¿Hay rivalidad?

- Siempre la ha habido. 

- ¿Qué piensa de los gritos en la Semana Santa? ¿Son falta de respeto?

- Me parece más falta de respeto sacar las imágenes y en cada relevo ver a los costaleros bebiendo cerveza en un bar. Fui a ver una Semana Santa andsluza el año pasado y debajo de una Virgen olía a porro. Eso sí me parece falta de respeto. 

- ¿Lo queer tiene espacio en la Semana Santa de Sevilla?

- Claro. Lo ha tenido siempre. Piensa en Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Un maricón como un piano. Y ese hombre diseñó toda la estética de la Semana Santa de Sevilla. Además, las hermandades son un lugar de encuentro.

- ¿De encuentro?

- Sí, un homosexual y un heterosexual, que en otro espacio no se encuentran, en la hermandad sí. Y tienen que convivir. Y quizás ahí se entiendan un poco el uno al otro. Alejandra Puelles es un ejemplo de ello. Habría que ponerle un monumento. Vive su vida de mujer trans en su hermandad y quizás hay hermanos que, sin ella, nunca habrían tratado con una mujer como ella. 

- ¿Eso es en todas las hermandades?

- Depende. No es lo mismo la Quinta Angustia que Pino Montano. 

- ¿Cuál prefiere usted?

- Yo prefiero la Quinta Angustia, una no es tonta. Pero depende del día. Pino Montano es joven, está viva, la gente del barrio vive cerca. En el Centro de Sevilla eso pasa menos. 

- ¿Es hermano de muchas?

- De la Trinidad. En mi pueblo, del Gran Poder y de Flagelación. Siempre he tenido ganas de hacerme hermano de la Amargura, en Sevilla. Esa y las Penas de San Vicente, PEC, como dicen ahora los jóvenes [acrónico de 'por el culo', expresión de aprobación extrema en el lenguaje adolescente]. 

- Hace usted comparaciones de la Virgen con concursantes de un programa de drag queens. ¿Ofende eso? 

- Nunca me han dicho que ofendo o que falto el respeto. Habrá quien lo haya visto y haya dicho 'qué circo' y me haya bloqueado. Yo creo que hay que ver la Semana Santa con todos los ojos posibles. Con los de un niño, limpios... Hay que jugar con las cosas, divertirse, darle otro enfoque. 

- Pero usa expresiones que...

- Sí, veo una Virgen y publico 'yasssss queeen' o 'diloooooo' si me gusta mucho. También cosas como 'está mala, mira cómo va' o 'está pasando tiempos difíciles'. Eso lo puedo hacer por la familiaridad con la que tratamos a la vírgenes en Sevilla. 

- ¿Es una relación personal?

- Para mí las vírgenes son personas. Las trato así. Las vestimos, las tocamos... Una vez al año le besamos las manos. En mi casa durante años la Virgen de la hermandad estaba en el salón. Mi padre la vestí y yo jugaba con las joyas. Me pasaba horas tocándole las manos. Mi Semana Santa es también divertida. 

- ¿Por eso las compara con drag queens?

- Yo no siento a la virgen como una drag queen. Soy una persona católica,  apostólica y romana. Yo juego con la estética. Tengo una fe muy profunda. Pero la he integrado en mi afición, no le hago daño a nadie. A muchos de los que nos gusta esto somos maricones, lo entendemos. 

- ¿Se ha salido de madre la Semana Santa? Hay quien acompaña las andas en un ensayo...

- A mí me interesa lo artístico, lo bello. ¿Qué hay gente que va a ver un ensayo de costaleros? Pues como quien va a un entrenamiento de su equipo. Lo puedo entender.