"No os agarréis a la cuerda, soltadla, solo es para un caso de vida o muerte". Es lo que le dijo el capitán Zúñiga a los soldados que estaban de maniobras en Córdoba y donde fallecieron dos de ellos ahogados, según el abogado Luis Romero, que representa a la familia de uno de los reclutas, el sevillano Carlos León.
"Patead, patead", les animó a nadar el mando militar pese a que era casi de noche, no había línea de vida, no había una ambulancia ni tenían ropa impermeable, ha detallado el letrado.
El soldado muerto, Carlos León, llevaba como sus compañeros, una mochila con ocho kilos de peso. Pero en su caso -y en otros reclutas- le habían añadido un tres kilos y medio más como "castigo", asegura el letrado. "Habían hecho mal un ejercicio previo y ese fue el castigo", ha insistido el representante de la familia.
Además de esos 12 kilos, señala en su relato Romero, el soldado llevaba la ropa mojada "y las botas, el casco y el arma". Mucho peso para una mañana "casi sin luz con el agua helada", ha añadido.
Sin línea de vida
El letrado ha explicado que en el ejercicio no había una "línea de vida", como adelantó EL ESPAÑOL. Sí había una cuerda atada entre dos árboles cruzando el agua por donde más profundo era. êrp no había arneses ni agarres para los soldados.
Y la cuerda tampoco debía de usarse, relata el abogado. De hecho, el capitán Zúñiga "les gritó en varias ocasiones a los soldados que no debían agarrarse" salvo caso de vida o muerte.
Pero estaban de maniobras desde las cinco de la mañana. Y el sobrepeso, el uniforme mojado, la falta de sueño y la exigencia dio con la muerte de dos soldados. Nadar era casi imposible para algunos.
Incosciente y con hipotermia
Hubo dos muertos -Carlos León y Miguel Ángel Jiménez- pero pudieron ser más, añade el letrado, que señala que algún recluta llegó a la orilla del lago artificial donde se hacían las maniobras inconsciente y con hipotermia.
Cuando se advirtió al capitán que había soldados que se estaban ahogando, el mando ordenó soltar la cuerda de uno de los puntos de anclaje, relata el letrado. ¿Para qué? "Pensó que iba a hacer efecto látigo e iba a sacar a los soldados que se hundían. Pero hizo lo contrario, los hundió más", ha relatado, según testimonio de testigos presenciales.
La maniobra es, para la defensa de la familia del militar muerto, un "despropósito". Asegura el abogado Luis Romero que no se les preguntó si sabían nadar. Y que no había seguridad. El resultado ya se conoce: dos soldados muertos.
"Lo ha hecho más veces"
Según ha relatado el abogado, el capitán, al que piden cárcel por un delito de homicidio doloso, no imprudente, ha declarado ya ante la Guardia Civil. ¿Qué ha dicho? "Que él lo ha hecho más veces, no entiende por qué le quitan del mando porque dice que las maniobras son como la guerra, que hay riesgo", ha explicado el abogado.
En el agua entraron 15 soldados. Dos murieron. "El capitán Zúñiga puso en riesgo la vida de los soldados", ha insistido el letrado que representa a la familia de un soldado muerto.
Para la defensa de la familia del soldado muerto puede haber más responsabilidades aparte del capitán. Quiere que se investigue también al resto de la cadena de mando del cuartel. "Al coronel, al teniente coronel y al general de brigada", ha señalado el abogado del soldado León.
No podían moverse
"Hacía un frío que se les bloqueó la mandíbula", ha relatado el abogado. "Tenían mucha dificultad para mover las piernas y brazos", ha añadido.
Ante la Guardia Civil ya han declarado 45 militares. Alguno de ellos, ha relatado el abogado del soldado León, ha señalado que "todo era un descontrol".
Más aún cuando un recluta, por error, dijo que había visto al soldado fallecido por la zona y por eso se le buscó más tarde. Ya estaba muerto cuando dieron con él.