Continúan los cortes de luz diarios en barrios periféricos de Sevilla como Palmete, Cerro-Amate o el Polígono Sur, una situación que, a ojos de la distribuidora eléctrica Endesa, tiene como raíz la proliferación de plantaciones de marihuana. Por ello, la compañía apuesta por medidas que tengan dichos 'enganches' de luz como eje, y no se limiten a resolver los problemas de suministro de manera aislada.
Una de esas medidas es la "sectorización" del suministro, un método con el que pretenden "desvincular" a las viviendas con contrato eléctrico de los puntos que producen una sobrecarga; es decir, de las plantaciones, identificables gracias a que su consumo es el equivalente al de 80 viviendas.
Actualmente, Endesa tiene identificados los centros de transformación con sobrecarga, unos centros de los que parten las líneas de baja tensión que suministran a un conjunto de edificios.
Según detalla la compañía, este nuevo proyecto de sectorización pasa por "desdoblar" la red de baja tensión para que una de las líneas dé suministro al edificio donde se encuentra la plantación de marihuana, y la otra suministre al resto de viviendas. De este modo, se aislaría el edificio que produce la sobrecarga, de tal forma que, al llevar a cabo el corte de luz, solo afectaría a las viviendas vecinas, y no a todo el barrio.
Lo cierto es que la hipótesis sostenida por Endesa choca frontalmente con la versión de algunos movimientos vecinales, que niegan como causa principal de las incidencias la sobrecarga provocada por las plantaciones ilegales.
Esta es la posición de plataformas como Barrios Hartos, que mantiene que los cortes de suministro se deben a la mala condición de las infraestructuras eléctricas. De ser así, la responsabilidad recaería únicamente sobre la compañía que da suministro.
Ante esta acusación, Endesa pone en valor que en los últimos tres años se han invertido más de 11 millones de euros en reforzar la red eléctrica en los barrios afectados, unas inversiones que, además, continuarán en el tiempo para mejorar el servicio en la periferia.
Del mismo modo, apuntan a que, cada vez que hay una incidencia, o se incendia un transformador, este se debe renovar de manera íntegra, por lo que las instalaciones de estos barrios son, dadas las circunstancias, de las más renovadas de la ciudad.
En cualquier caso, una u otra teoría se demostrará una vez se conozcan los resultados de la auditoría que está llevando a cabo la Consejería de Industria, Energía y Minas. Este departamento del Gobierno andaluz está analizando los 56 centros de transformación de los barrios con más incidencias en el suministro, un trabajo que se está llevando a cabo a "un ritmo más lento" con el objetivo de reunir "la mayor información".
Actualmente solo se ha analizado el 25% de los centros, y ni siquiera se cuenta con todos los datos estadísticos, ya que aún se están procesando. Por ello, desde la Consejería apuntan que, "hasta que no haya auditoría", no podrán "sacar conclusiones" sobre el estado de la red, o de si esta tiene capacidad para la potencia contratada.