Una de las principales autoridades del sector espacial en Europa tiene nombre de mujer. Simoletta Cheli (Siena, Italia) es directora de los programas de Observación de la Tierra que desarrolla la Agencia Espacial Europea (ESA).
Es este cargo el que le trae a Sevilla, ciudad que este lunes ha servido como sede de la reunión interministerial de la ESA, y que durante toda la semana acoge la Semana Europea del Espacio.
Simonetta Cheli curso estudios de Economía y Derecho en la Universidad de Yale (Estados Unidos), pero finalmente optó por graduarse en Ciencia Política en la Universidad Cesare Alfieri de Florencia (Italia).
Ya desde su etapa universitaria mostró interés en el ámbito de las telecomunicaciones, con una tesis de final de carrera centrada en la aplicación del Derecho sobre los satélites internacionales.
Durante más de treinta años, Cheli ha desarrollado su carrera en la Agencia Espacial Europea, donde hoy ocupa la dirección del área de Observación de la Tierra.
Su agenda durante la cumbre de la ESA es ocupada, pero accede a dedicar diez minutos de una pausa para charlar con EL ESPAÑOL sobre el futuro del sector espacial y las repercusiones que tendrá la reunión celebrada en Sevilla sobre la política en esta materia.
Sevilla se convierte esta semana en la capital europea del espacio, ¿qué va a aportar la ciudad, durante estos días, a la carrera espacial europea?
Sevilla esta semana tiene bastantes eventos, entre ellos una cumbre de los ministros de la ESA, de los 22 países miembros. Es importante porque aquí se decide la contribución financiera a los programas de la agencia, se decide políticamente el futuro, las prioridades, del espacio europeo.
Estamos discutiendo sobre tres temas. Por un lado, el cambio climático y el Green Deal, el futuro del medioambiente conectado a las soluciones espaciales que tenemos en la ESA. También el futuro de los lanzadores y los cohetes, y las ambiciones de exploración espacial y de desarrollar algo con la Estación Espacial Internacional.
¿Por qué se ha elegido Sevilla?
Es una ciudad emblemática, porque desde abril de este año alberga la Agencia Espacial Española. Además, tiene ya mucha tradición en temas de competencia industrial y de apoyo de programas varios de la ESA, como en el ámbito de los cohetes.
Esta semana, Sevilla es importante para decidir el futuro del espacio europeo. Será la Space Week, pero también habrá una reunión de ministros de la Unión Europea, y una reunión conjunta, de ministros de la UE y de la ESA.
¿Con qué expectativas va la Agencia a esa reunión con los ministros europeos?
La expectativa es tener una indicación política de cuáles son las prioridades en la política espacial. Para la ESA, la prioridad es cómo afrontar la crisis climática y cómo utilizar los datos que nos dan los satélites para afrontar esta crisis y, en consecuencia, adoptar acuerdos y políticas europeas.
También es prioritario la autonomía del espacio europeo en el ámbito de los lanzadores, los cohetes. Es muy importante porque resulta estratégico tener autonomía y garantizar un futuro comercial para Europa en este ámbito.
"Hay mil aplicaciones cotidianas de la investigación espacial de las que la gente normal no se da cuenta"
Por último, es importante inspirar a los jóvenes a emprender, a iniciar carreras científicas y a mirar cómo vamos a ir en el futuro. Para poder sostener actividades en Marte o la Luna se requiere el apoyo de programas espaciales, y estos necesitan de vocaciones científicas.
Uno de los focos de su departamento es la relación del espacio y el cambio climático. ¿Cómo contribuye la observación de la Tierra en la lucha contra el cambio climático?
La observación de la Tierra desarrolla satélites que analizan el estado de salud de nuestro planeta. Hoy la ESA tiene 15 satélites en operación, y estamos desarrollando otros 40 más. Estos satélites no solo son meteorológicos, que tienen el objetivo de analizar los eventos climáticos, los huracanes o los 'eventos extremos'. También hay satélites científicos que miran la humedad de terreno, o los perfiles de los vientos... son misiones de exploración científica de medioambiente.
Además, está la línea de satélites Copernico, que atienden temas operativos muy concretos, como por ejemplo medir la calidad del aire, o mirar el espesor del hielo en los polos. Estos satélites también permiten analizar la clasificación agrícola, que decidirá después la política agraria, que determina qué subvenciones habrá.
Nosotros organizamos la construcción de los satélites, las operaciones, la obtención de los datos, y también la distribución a los usuarios, que son tanto científicos como comerciales. Nuestra política de datos es abierta a todos, por lo que quienes quieren hacer negocio y crear productos y servicios, también pueden usar nuestros datos.
Habla usted de las aplicaciones comerciales que tiene la observación de la Tierra. ¿Cómo podría mejorar la investigación espacial actividades como, por ejemplo, la agricultura? Especialmente, en un contexto de sequía como el de Andalucía.
Por ejemplo, a través de la medición de la humedad del terreno, que puede tener mucho impacto sobre la producción agrícola. Se hace desde hace mucho tiempo en el sector de la agricultura con los satélites que hemos desarrollado, y ya se ha aplicado, por ejemplo, en Doñana.
También se trabaja mucho con el sector de Food Security, seguridad agrícola. Lo hemos hecho recientemente, por ejemplo, durante la crisis de Ucrania, para estimar la producción agrícola del grano, y por satélite hemos intentado pronosticar si la producción iba a bajar o no. Esto es muy importante también para zonas como España; lo hicimos durante el Covid, cuando el sector de las fresas en el Sur estaba completamente bloqueado porque no había trabajadores.
Otra cosa que se hace, ahora que tenemos un objetivo común de descarbonización de Europa, es ver cómo la reducción de pesticidas puede contribuir a la reducción del CO2.
Europa está atravesando un momento de escalada de la conflictividad, con problemas en Ucrania e Israel. En la Agenda de la ESA se presenta la investigación espacial como oportunidad para mejorar la seguridad, ¿cómo se relacionan estos dos ámbitos?
El contexto es interesante, pero lo que hace la ESA no puede aplicarse a la política de Defensa o de seguridad. Trabajamos desde hace treinte años en seguridad civil, y desde año pasado tenemos el programa Civil Security for Space [seguridad civil para el espacio].
En este programa, entre otras cosas, se trabaja con Guardia Costera para vigilar la inmigración ilegal. También se colabora con Frontex para mirar los flujos migratorios, o con la ONU, para observar los campos de refugiados. Todo ello es una aplicación de los datos satelitales de observación de la Tierra al campo de la seguridad civil.
Siempre que se habla del espacio se tiende a pensar en la NASA. ¿Es Estados Unidos el principal competidor o hay otras potencias espaciales?
Nosotros trabajamos muchísimo con la NASA, por lo que más que competición hablaría de colaboración, sobre todo en el ámbito de cambio climático. Es verdad que en el espacio hay tanto colaboración como competición, pero la relación con una entidad como la NASA, que es pública, de investigación y científica, es más de colaboración.
La competición se da más en sectores como el de los lanzadores, o la telecomunicación espacial. Cuando se habla de clima, de medioambiente, hay mucha colaboración, cesión de datos y de resultados científicos.
Por último, ¿por qué resulta importante para el ciudadano de a pie la exploración espacial?
Hay mil aplicaciones de las que la gente normal no se da cuenta, y que impactan cotidianamente en los ciudadanos, español, europeo, o del mundo. Es necesario, fundamental hablar más de esto, para que la gente se dé cuenta de que el trabajo en el espacio no es una cosa lejana, de los extraterrestres... es algo muy diario para todo el mundo.
Si hoy paráramos todos los satélites que existen, no habría previsiones meteorológicas. Tampoco tendrían la posibilidad de comunicarse con alguien que esté en un sitio remoto, sea en España o en el extranjero. Otras consecuencias muy simples: Galileo, el programa de navegación satelital, es el que utilizan hoy todos los taxis. O quienes van a pescar, tienen que saber la temperatura del mar.