"Es una mezcla entre Barrio Sésamo y Taxi Driver", con esta descripción tan sugerente tituló Telegraph la crítica de Eric, el estreno de Netflix protagonizado por Benedict Cumberbatch en uno de los mejores papeles de su carera.
Ambientada en la lúgubre Nueva York de los años 80, una ciudad lejos de la imagen de postal que escapa a cualquier vestigio de nostalgia, esta miniserie de seis episodios se centra en la investigación de la desparición de un niño que salió una mañana de casa y nunca llegó al colegio.De telón de fondo, la corrupción policial y política, homofobia, racismo y miles de personas sin techo viviendo en un mundo subterráneo formado por túneles de tren y metro abandonados.
Cumberbatch interpreta a Vincent, un genio de las marionetas, creador de un programa de televisión infantil que se ha convertido en institución, pero cuyos índices de audiencia están de capa caída. Pero como manda el canon, porque si no no sería un genio, Vincent carga con un montón de demonios interiores.
Es una persona desagradable, ególatra y áspera. También el padre de Edgar, el niño desaparecido, que desde ese día carga con el peso de la culpa por no haberle llevado hasta la puerta del colegio. Algo que le recuerdan todos, incluidos los medios de comunicación, por si acaso se le pudiera olvidar.
También se lo dice Cassie (Gaby Hoffmann), su esposa, con quien discute más que habla. Es precisamente en medio de una de sus habituales discusiones cuando Edgar (Ivan Morris Howe), cansado de esperar, decide ir solo al colegio.
Vincent combina la culpa con el duelo, el alcohol, las drogas y la presión en el trabajo (donde le están pidiendo una nueva marioneta para renovar el programa) con uno de los dibujos de Edgar y crea a Eric, un monstruo de peluche azul de su tamaño.
Lo crea en su cabeza. Eric es la respuesta al trauma, también una manifestación de su adicción, sus problemas de salud mental y la forma en la que quiere probarle a su hijo lo mucho que le quiere.
El encargado de la investigación con la que se espera encontrar a Edgar está a cargo del detective Michael Ledroit (McKinley Belcher III), un policía de los buenos que intenta, sin ningún apoyo por parte del cuerpo, dedicar sus esfuerzos a los varios casos de niños desaparecidos, muchos de ellos negros. Un personaje a través del cual se explora el contexto histórico, la corrupción y el racismo institucionalizado en el seno de la policía de Nueva York.
Abi Morgan, guionista de títulos como The Hour, The Split o Shame, firma aquí una serie que combina el drama familiar con el thriller criminal en una historia mucho más esperanzadora de lo que podría esperarse por la realidad social del universo en el que se desarrolla. Y eso la convierte en un especimen innovador dentro del subgénero de "niños desaparecidos", uno que, como el true crime, suele dejar muy mal sabor de boca. Y solo son seis episodios.
'Eric' se estrena el 30 de mayo en Netflix.